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El nudo de Oural

El proyecto de un túnel ridículo para salvar la montaña entre Bóveda y Sarria es la última gran puñalada al tren lucense
Un tren en Monforte. ARCHIVO
photo_camera Un tren en Monforte. ARCHIVO

LAS ÚLTIMAS DECISIONES de las autoridades ferroviarias del país —llámense Renfe, Adif o Fomento— relacionadas con la provincia de Lugo no son muy ilusionantes. Hay que ser justo y reconocer que desde enero hubo noticias buenas que implican un desembolso millonario, como la renovación de toda la catenaria de la línea entre Ourense y Monforte, avances en la electrificación hasta Lugo, la renovación de la vía, el refuerzo de puentes o la supresión de pasos a nivel. Pero todo el optimismo y la ilusión generada alrededor de la llegada, por fin, de un tren digno a Lugo se esfumó en poco tiempo.

Y la decisión de dejar a la provincia sin estaciones estratégicas o la reciente amenaza de 'envejecer' el tren hotel a Barcelona con material rodante más antiguo son simples anécdotas al lado del verdadero problema: la traición de Oural.

→ La peor solución posible

A finales de agosto Adif anunció la expropiación de terrenos para construir el nuevo túnel de Oural. Se trata de un punto clave para la llegada de la alta velocidad a Lugo, el nudo gordiano que se resolverá de la peor forma posible: con la construcción de un nuevo túnel de solo 1.804 metros, paralelo al actual, que a su vez quedará como galería de emergencia.

A efectos prácticos, esta solución no alcanza ni la consideración de un parche. Porque ni elimina las fuertes pendientes de ambos lados de la montaña, nocivas para el buen rendimiento del tren; ni mejora el trazado actual, excesivamente sinuoso y que no permite al tren circular a velocidades para ganar tiempo.

¿Por qué se hace entonces así? Pues aunque existe mutismo al respecto, hay quien ve en este minitúnel una solución simplemente temporal a los problemas geotécnicos que estaría planteando el vetusto agujero actual tras siglo y medio en servicio. De ser eso, una simple salida temporal a la espera de una futura variante más ambiciosa, sería oportuno aclararlo para minimizar la preocupación, más que justificada, de los habitantes de Lugo, históricamente castigados por las autoridades ferroviarias.

→ Los estudios previos

A Fomento y Adif les sobran opciones para resolver bien ese paso de montaña, ya que existen estudios informativos con alternativas acordes a lo que exige una línea de alta velocidad digna, llamémosle o no Ave. Sin ir más lejos, Fomento tiene un estudio del año 2000 que contemplaba para Oural —bautizada como variante de Rubián— tres túneles de 605, 5.325 y 400 metros; es decir, más de seis kilómetros de vía bajo tierra.

Pero el 26 de mayo de 2009 el entonces ministro de Fomento, José Blanco, anunció en el Congreso aquello de que "Lugo no se va a quedar descolgada ni de la doble vía ni de la alta velocidad". Entonces, se encargó un nuevo estudio informativo para la línea Ourense-Lugo, que realizó Ineco y que apostaba por un gran túnel de base, bitubo —con una vía por cada túnel—. Esta opción era evidentemente la más costosa y la más ambiciosa, casi utópica en los tiempos que corren, pero sin duda sería la mejor y más rentable a largo plazo.

Y es que para eliminar las fuertes pendientes de ambos lados de Oural se necesita un túnel de base —en la parte baja de la montaña—, con entrada en Bóveda y salida en Sarria, alineada con la actual estación de esa localidad. Si se diseña con radios mínimos de 8.000 metros, la velocidad de los trenes no sería un problema. Y si se quiere hacer más fluido el tráfico, lo idóneo sería optar por un bitubo que permita doble vía.

→ Lo barato puede salir caro

Fomento no contempla hoy tal inversión. De hecho, baraja sendas alternativas con túneles alrededor de los 7 kilómetros de longitud. El problema es que si se invierte ahora una importante cantidad de dinero y se gastan dos años —el plazo fijado— para el nuevo minitúnel de Oural, ¿cuánto tendrán que esperar los lucenses para disponer de uno digno de la alta velocidad? De poco sirve una inversión millonaria para integrar Ourense-Lugo en la red estatal del Ave si una de sus mallas, la de Oural, queda más endeble que las demás. Lo barato puede salir caro. Y los lucenses tendrán que seguir una temporada más viajando a León en coche para subirse allí al Ave, que hoy por hoy es el camino más rápido a Madrid.

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