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El peor mejor momento

Nunca el camino de Feijóo a Madrid estuvo tan despejado como ahora, pero al mismo tiempo nunca fue menos atractivo
 

Alberto Núñez Feijóo. XOÁN REY (EFE)
photo_camera Alberto Núñez Feijóo. XOÁN REY (EFE)

HAY COMPONENTES en la operación Gürtel que impiden desligarla de Galicia y, sin duda, la presencia de Pablo Crespo en el núcleo duro de la trama delictiva es el más evidente, en su condición de exnúmero dos del PPdeG en la época de Fraga y a raíz de algunas informaciones que se fueron conociendo pese a que no pasaron por el filtro judicial. Sin embargo, el tsunami político que anticipa la sentencia de la Gürtel para la comunidad gallega va mucho más allá de cualquier sospecha sobre las relaciones de las actividades de Crespo con el PPdeG. Lo verdaderamente relevante es que ahora, con Mariano Rajoy arrodillado sobre la lona, las miradas de la mayoría de la derecha española vuelven a posarse sobre Alberto Núñez Feijóo.

Llegados a esta altura del culebrón del eterno relevo entre gallegos que nunca acaba de materializarse, se produce incluso una curiosa paradoja: aunque en todos estos años el de Os Peares nunca tuvo el camino de la sucesión tan despejado como ahora, tampoco la peregrinación a Madrid resultó nunca menos atractiva que en este momento, en el que la descomposición interna del PP recuerda a la de los últimos años de Felipe González en el PSOE. Quizás con el matiz de que la corrupción del socialista era más institucional porque afectaba a su Gobierno y a los populares se les investiga en un ámbito más orgánico, aunque igualmente difícil de desligar de las instituciones.

Plantarse en Madrid para presentarse a unas elecciones inminentes con la marca PP tan desgastada parece un suicidio; y hacerlo para tratar de limpiar el partido y renovarlo en tiempo récord para llegar con garantías a 2020 parece un imposible. Por eso, entre todos los mejores momentos que ha tenido Feijóo para dar el salto, este es el peor.

→ Las opciones de Rajoy
Pero para que cualquier teoría sucesoria tenga cierta base hay que partir de la premisa de que Rajoy se marche. La moción de censura presentada por el PSOE deja contra las cuerdas al pontevedrés, por mucho que tenga un máster en resistencia, en este caso no como el de su compañera Cifuentes sino acreditado por años de práctica, ya desde su etapa en la Xunta de Fernández Albor. Pero pese a ello, Rajoy todavía tiene margen.

El rechazo inicial de Ciudadanos a apoyar la moción de censura aboca a Pedro Sánchez a usar la vía independentista —también llamada vía Frankenstein porque consiste en encajar muchas piezas distintas— para tener éxito. Y entre esas piezas están el independentismo catalán o el nacionalismo vasco, cuyo apoyo al partido que sostiene el 155 activado en Cataluña es complejo. El fracaso del socialista, que sería el enésimo, en su intento de conquistar la Moncloa podría tener un efecto de refuerzo sobre la figura del propio Rajoy, ya que en el fondo lo que está aquí en juego es un duelo a muerte —política— entre ambos.

Por increible que parezca, este escenario permitiría al pontevedrés repetir como candidato en unas elecciones generales si estas fuesen inminentes, como pretenden Albert Rivera y Cs, que de esta forma matan dos pájaros de un tiro: aprovechan su buen momento demoscópico y evitan tener que mojarse a favor o en contra de la continuidad de un PP condenado por corrupción.

→ Las opciones de Feijóo
El número dos del PPdeG, Miguel Tellado, garantizó el apoyo de la sucursal gallega a Mariano Rajoy y, al mismo tiempo, el compromiso de Feijóo con Galicia hasta el año 2020, tratando de zanjar un debate que, pese a ser recurrente, amenaza con despistar al partido de las municipales del año que viene. El jueves se cumplieron precisamente tres años de la fatídica cita con las urnas de 2015 en la que el PPdeG perdió buena parte de su poder urbano y provincial. Una catástrofe que no quiere que se repita.

Los populares confían en que de aquí a un año ya nadie se acuerde de la Gürtel, algo más que probable. Pero otra cosa sería afrontar las municipales con las obras del Ave y otros compromisos sociales paralizados por culpa de la falta de presupuestos o la inestabilidad del Gobierno. Y mucho más complicado todavía sería acudir a la urnas en pleno proceso interno de relevo de Feijóo si este finalmente decidiese irse a Madrid o incluso si se viese obligado, viendo que hoy el partido tiene poco donde rascar si cae Rajoy. Por eso los daños daños colaterales de la Gürtel en Galicia pueden resultar devastadores para el PPdeG. 

No hay nada más difícil sobre lo que legislar que una tradición arraigada
En un país  acostumbrado a legislar a salto de mata, según la realidad lo va exigiendo, como demostraron los incendios de 2017, la tragedia pirotécnica de Tui constituye una excepción. Porque tanto la normativa como las inspecciones a las empresas del sector ya son estrictas y lo que en realidad se escapa de control es la parte de la tradición, sobre la que no se puede legislar. Los vecinos saben que en una nave se almacena pólvora pero no lo denuncian porque es lo normal y se hizo toda la vida sin que pasara nada, igual que miles de bombas de palenque cambian de manos y de maleteros en los meses de verano en Galicia, entre pitillos encendidos y exceso de vermús. ¿Cómo se regula eso? 

Agenda coruñesa de la conselleira Mato
Que la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, será la candidata del PPdeG a la alcaldía de A Coruña no es ningún secreto. Basta ver como, en este compás de espera de la confirmación oficial y de la consecuente remodelación de la Xunta por parte de Feijóo, la agenda de la consellería carga más actos que nunca en la ciudad herculina. Solo en las tres primeras semanas de mayo Mato tuvo al menos seis en A Coruña, lo que en principio no tendría nada reprochable de no ser porque algunos de ellos parecen metidos con calzador. Es decir, que está bien que Mato presente las infraestructuras verdes del área metropolitana, invite al Leyma Básquet a abrazar la economía circular o participe en una conferencia sobre el ciclo sostenible del agua, pero de ahí a entregar los premios de la liga escolar benjamín de voleibol, un acto de la Secretaría Xeral para o Deporte y al que acudió en calidad de conselleira, hay un largo trecho. Aprovechar el cargo institucional para hacer campaña puede no sentar bien a todo el mundo.

Quinteiro y el improbable grupo mixto
La consulta  a las bases no sirvió para cerrar más de dos meses de crisis alrededor de Paula Quinteiro. El problema del partido instrumental hoy en día va más allá cualquier porcentaje o número que haya salido de la votación de las bases o de la interpretación que unos y otros hagan de ella. El conflicto ya entró en el ámbito personal; está inyectado en vena, como saben muy bien en el PSdeG de los últimos años. Así que si a las relaciones internas tan deterioradas se le suma la calculadora electoral que algunos peces gordos del espacio rupturista ya tienen en la mano —la renuncia a seguir en En Marea de Rafa Sisto, alcalde de Teo y hombre de confianza de Martiño Noriega, no es casualidad—, los pronósticos solo pueden ser catastróficos. En este escenario de tensión, cualquier paso en falso puede resultar letal, porque si los afines a Luís Villares fuerzan la máquina para expulsar a Quinteiro del grupo parlamentario, corren el riesgo de que todo Podemos —otros seis— se vayan con ella. De ahí el improbable grupo mixto. 

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