El libro ''Nove ducias de cogomelos'' quiere animar a recolectar y consumir setas en Galicia

Setas y hongos fueron utilizados a lo largo de la historia con fines medicinales por curanderos y brujas, castigados por la Inquisición que condenó a desaparecer, no sólo a los supuestos herejes, sino también el consumo de setas tanto doméstico como medicinal.

Según los estudios realizados y recopilados por Alejandro Mínguez y por su padre durante años, Galicia está aún lejos de aprovechar en su justa medida este gran potencial micológico, favorecido por suelos, bosques y climatología muy propicios para las setas en determinadas épocas del año.

"En Cataluña y País Vasco, el mundo de las setas está hiperdesarrollado pero en Galicia siguen cundiendo el miedo a lo desconocido y los efectos de algunas intoxicaciones mortales que se producen de forma periódica, casi todas con la seta Amanita Phalloides", agregó.

El libro "Nove ducias de cogomelos de Ourense" nos descubrirá que esa seta no comestible y venenosa, tiene sin embargo propiedades antivirales, antibacterianas y anticancerígenas.

Otro de los abundantes en Galicia pero que a nadie se le ocurre comer es el "cornizó" o "Clavicens purpurea", poco presente en la literatura especializada y, sin embargo, muy conocido en el rural gallego pues crece en las espigas del centeno, como hongo parásito, y era recogido para su venta a empresas farmacéuticas durante la posguerra española.

Mínguez explica en su libro que el "cornizó" fue muy importante en la economía de subsistencia de los años 50 pues contiene un alcaloide que es antihemorrágico, acelerador de partos y alivio para las jaquecas, además de base para la elaboración del LSD, por lo que era muy demandado por los laboratorios.

Los conocidos "cogordos" o "Macrolepiota procera", son muy apreciados en su aspecto culinario y sin embargo, no tienen propiedades medicinales interesantes mientras que otros también apreciados como los "champiñones" o "Agaricus bisporus" están siendo estudiados por sus aparentes efectos en el reforzamiento del sistema inmunológico.

Otros estudios, según Mínguez, se centran en la conocida "colmenilla" o "Marchella esculenta", muy sabrosa y objeto de estudio en la universidad de Vigo por sus propiedades antioxidantes.

                                               

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