Opinión

El emprendimiento y los colaboradores

A no poco se ha hablado del talento. Ríos de tinta se han derramado en todos los formatos escritos y hablados. Esa capacidad constante de aportar, innovar, mejorar, investigar, activar, contagiar e implicar.

Seguramente el talento está detrás del éxito de la mayoría de las empresas exitosas. La capacidad de rodearse de los mejores, y la virtud de conservarlos está detrás también de los empresarios y directivos de las empresas de éxito.

Por desgracia, el volumen de colaboradores talentosos es bastante pequeño comparado con el resto.

A lo largo de este artículo vamos a pronunciar la palabra éxito en muchas ocasiones, ya que detrás de la excelencia en la elección de nuestros colaboradores está el éxito, pero también detrás del éxito está la calidad de nuestros compañeros de viaje.

Buscarlos y encontrarlos ha sido desde siempre una labor complicada, en la que existen empresas especializadas en la captación de trabajadores con cualidades excelentes.

Empresas de recursos humanos y los llamados ‘head hunters’ cobran grandes cantidades de dinero a las compañías que les encargan la búsqueda de colaboradores talentosos. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Las grandes consultoras que se dedican a asesorar a las grandes empresas de éxito acuden a las universidades periódicamente, a precaptar en los últimos años de carrera, a estudiantes que apuntan maneras.

Los prestigiosos bufets de aboga dos asaltan las facultades de Derecho para fichar a los alumnos con mejor expediente académico, siendo conscientes de que sus notas no lo son todo, y sabiendo que deberían ir acompañadas de otras características imprescindibles como: la proactividad, el sentido común, la lucidez, la practicidad…

Sin embargo, teniendo en cuenta que todo lo anteriormente expuesto es muy importante, en mi opinión la clave en la elección de nuestros colaboradores estriba en el binomio formado entre la actitud y la aptitud.

Creo que no es necesario definir cada uno de estos conceptos, sin embargo, encuentro adecuado establecer la relación entre ambos.

En los tiempos que hoy vivimos, seguramente disponemos de las generaciones académicamente mejor formadas de la historia de nuestro país. Cuando me refiero a mejor formadas, estoy hablando más de cantidad que de calidad, y estoy seguro de que en eso también estamos bastante de acuerdo.

Mas allá de una mejor o mucho mejor formación, la clave está en su relación con la actitud de la persona.

La actitud a la hora de seleccionar un colaborador, lo es todo.

No existe un colaborador excelente sin una buena aptitud y una magnífica actitud. Sin embargo, una extraordinaria aptitud y un bajo o medio nivel de actitud, nos da como resultado la mediocridad.

En fin, nadie dijo que fuera fácil rodearse de personas profesionalmente excelentes, pero podemos estar seguros de que es eso precisamente lo que diferencia a las empresas mediocres de las empresas de éxito.

La sociedad que padecemos hoy, para nada fomenta la práctica de las buenas actitudes profesionales, y nuestros jóvenes así lo perciben.

Si analizamos el imaginario de nuestra juventud, podemos ver rápidamente que los referentes sociales para ellos nos son en muchos casos: reputados científicos o tecnólogos, literatos, empresarios, periodistas, etc.

La superficialidad de estas generaciones, en líneas generales, hace que sus referentes sean los que son, y para nada voy a perder el tiempo en enumerarlos. Bastaría con preguntar a los jóvenes: ¿Tú que quieres ser de mayor?

La buena noticia es que no todos son así, hay gente buena, y hay que buscarla. La capacidad de encontrar a esas personas, ficharlas y luego fidelizarlas, sin duda es una enorme ventaja competitiva.

Parafraseando a un viejo y querido profesor, que tantas y tan buenas cosas me enseñó y que hoy forman parte de la mayoría de los axiomas por los que se rige mi mente, puedo decir sin temor a equivocarme que, una empresa de mediocres es una empresa mediocre.

Por eso el IX Mandamiento Emprendedor reza: «Buscarás incansablemente, implicarás y cuidarás a los mejores colaboradores».

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