Marta Casas: "Es increíble cómo en un día puedes crear un vínculo con otros alumnos"

Llega de París con la misma americana que vestía el día que partió de Santiago, pero también con la satisfacción de haber posicionado el Centro Superior de Hostelería de Galicia en un lugar privilegiado

Marta Casas (Ferrol,1996). LUIS POLO
photo_camera Marta Casas (Ferrol,1996). LUIS POLO

Hace unas semanas asististe a la gala del Hyatt Student Prize, en París. ¿En qué consiste este evento?

Es un concurso que organiza Hyatt desde hace diez años. La idea es juntar a los mejores estudiantes de hostelería a nivel mundial y crear una red entre ellos para que sigan en contacto en el futuro. Consiste, básicamente, en premiar habilidades de liderazgo y de trato con el cliente y con los compañeros.

¿Qué se le pasa por la cabeza a Marta Casas cuando le comunican que es la seleccionada para participar este año en el concurso?

Al principio, un poco de estrés [ríe]; estamos en cuarto, hay muchas cosas que hacer. Pero a la vez es un orgullo, por supuesto. No podía tomármelo como una carga más, porque en realidad es un premio que la escuela me está dando.

Compartiste tiempo y espacio con gente de muchas nacionalidades.

Estuvimos todo el tiempo juntos. Íbamos un poco con la tensión de no saber cómo iban a ser los otros, pero desde que nos conocimos nos llevamos súper bien. Había una chica de la India, un chico de Hong Kong, varios franceses, holandeses... La única española era yo.

Había gente de Google y de las 'altas esferas'. Impresiona conocerlos. Te preguntas: qué hago yo hablando con esta persona'

Fuiste premiada. ¿En qué sentido?

En el concurso existe un solo premio principal, pero los patrocinadores deciden dar también unas menciones especiales. A mí me dieron un premio que se traduciría como ‘buen corazón’, por mi actitud. Me lo dio Air France.

Un patrocinador importante.

Había gente de Google y de las ‘altas esferas’ [ríe]. Impresiona mucho conocerlos. Te dices: ‘¿qué hago yo hablando con esta persona?’.

¿En qué consistieron las pruebas?

Eran en grupo e individuales. Yo, por ejemplo, tuve que llevar una presentación que preparé aquí [en Santiago]. La hice sobre el significado del lujo hoy en día. También tuvimos que hacer entrevistas personales con el jurado y retos en grupo que consistían en dar respuesta a una situación como si fuéramos parte del equipo de un hotel.

¿Se portó bien el jurado?

Sí, la verdad. Es lo que decía antes: yo me esperaba a esa gente mucho más altiva. Pero de verdad, genial desde el primer momento. Sonrientes, te ayudaban a que estuvieses tranquilo... Muy bien.

Repetirías si tuvieras la ocasión.

Sí. Convivimos muchísimo, el segundo día nos llevaron a hacer una ruta por París en un Citroën 2CV descapotable, nos llevaron a desayunar... Nos conocimos un montón, y es increíble cómo en dos días puedes crear un vínculo tan fuerte con otros estudiantes.

¿Cómo funciona el CSHG?

Intentamos pasar por todos los departamentos de un hotel. Es decir, yo no estudio solo para ser directora, sino que podría trabajar en cualquier otra posición. Los primeros cursos son un poco más caóticos, estudias cocina, psicología, matemáticas... De todo. A partir de tercero y cuarto ya pasas a lo que es gestión, analítica e idiomas.

Algo muy importante hoy en día.

Claro. Yo estudio inglés y francés, pero puedes elegir alemán.

¿Tropezaste con alguien cuando realizabas tus prácticas?

Hay una diferencia increíble entre la gente que trabaja en hostelería porque tiene que ganarse la vida y la gente a la que le encanta. Sí me he encontrado a gente con la que he chocado un poco, desgraciadamente mujeres. Hay algunos roces, alguna persona que se lo puede tomar mal... Nosotros no vamos como el típico becario que va a hacer fotocopias, vamos a saco. Muchas veces estamos ocupando prácticamente un puesto.

¿Qué te parece ocupar un puesto cuando aún estáis estudiando?

Me parece un privilegio poder meterte en una empresa con 18 años y que te den autonomía y libertad. Lo que no me gusta es estar todo el verano trabajando como un descosido y no aprender nada.

¿Y en cuanto al dinero?

Siempre estuve bastante contenta. En Francia no me pagaron, lo tengo que decir, pero yo tenía la idea de aprender francés en un hotel muy bueno, y me fui muy contenta.

En el instituto estudié ciencias. Iba a ser ingeniera según el resto del mundo, pero yo por dentro decía 'no'

¿De dónde viene tu pasión?

Mi familia tuvo un negocio de hostelería cuando yo era pequeña, un restaurante bastante grande en Narón. Somos muy de hacer cosas creativas, participativas, y creo que de ahí me viene ese sentimiento de hospitalidad. En el instituto estudié ciencias; iba a ser ingeniera según el resto del mundo, pero yo por dentro decía ‘no’.

¿Cuándo se lo dices a tus padres?

Ese día estaba tan nerviosa que ni me acuerdo. Esta carrera tiene una matrícula que pagar y es una inversión importante, pero mis padres siempre me han apoyado.

¿Qué harás al acabar de estudiar?

Todavía tenemos que hacer unas prácticas de seis meses. Estoy intentando que el premio me abra puertas, pero intentaré mandar currículos y hacer entrevistas.

Te veremos en un evento internacional próximamente?

Tengo otro en marzo. Voy con un compañero a Lausana, Suiza.