Opinión

Es lo que hay

CIERTO que en Ibiza residen o veranean miles de ingleses, y por lo tanto es lógico que la lengua de Shakespeare goce de gran arraigo y estima en la isla, pero no viene al caso con lo denunciado por una madre allí afincada: en el colegio de su hija se imparten menos horas en castellano que cuando vivía en Inglaterra, por lo cual sufren además discriminación y coacciones. Cuenta que si la niña pide para ir al baño, la profesora le dice que en castellano no la entiende.

Es un episodio más de los muchos y muy lamentables que se producen en Cataluña y en Baleares, corroídas en un alto porcentaje por el fanatismo del idioma, rozando actitudes fascistas y que las autoridades académicas del Estado consideran muy de refilón, con tal de no molestar a los independentistas o quienes viven el delirio soberanista hasta las últimas consecuencias. Y si la protesta se expone a la parte apasionada, ¡qué se puede esperar! A esta madre, por ejemplo, cuando reclamó al menos una asignatura troncal en castellano, se le indicó, como solución, que enviase a sus hijos a un colegio privado. Lo más triste es la afirmación del propio conseller de Educación. "Señora, es lo que hay". Más contundencia no cabe.

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