El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva salió este viernes de la cárcel donde cumplÃa una condena por corrupción desde hacÃa un año y siete meses, en la ciudad de Curitiba, tras una decisión de la Corte Suprema adoptada en la noche del jueves. Una vez en la calle, acusó a la Justicia, la PolicÃa y al Estado brasileño de intentar "criminalizar" a la izquierda por los 580 dÃas que ha permanecido en prisión.
"Necesitaba resistir para luchar contra el lado podrido del Estado, de la PolicÃa Federal, del Ministerio Público, de la Justicia. Trabajaron para criminalizar a la izquierda, a Lula y al Partido de los Trabajadores", dijo ante una multitud de seguidores un emocionado expresidente.
Lula, de 74 años, dejó la cárcel gracias a una decisión de la Corte Suprema adoptada este jueves y ahora recurrirá su condena en libertad. Este viernes abandonó la Superintendencia de la PolicÃa Federal de Curitiba a pie, acompañado por sus abogados; su pareja, Rosangela da Silva, y algunos de sus principales correligionarios, y entre los vÃtores de los cientos de simpatizantes que llegaron hasta los alrededores de la sede policial para recibir al lÃder socialista.
"¡Lula libre!¡Lula libre!", gritaban los seguidores de un Lula que se fue directo hacia ellos, tras abrazar a algunos de sus familiares en la puerta de la sede de la PolicÃa Federal. Después escuchó el himno de Brasil, cantado por sus simpatizantes, recibió algunos regalos y repartió más abrazos visiblemente emocionado.
Lula esperará en libertad hasta que agote todos los recursos disponibles
El juez Danilo Pereira Jr, de la 12ª Sala Criminal de Curitiba, habÃa decretado poco antes su libertad, de acuerdo con una decisión del Supremo Tribunal Federal, que el jueves declaró inconstitucional la prisión de una persona condenada antes de que se agoten todos los recursos en la Justicia, como es el caso de Lula y de otros casi 5.000 presos.
Lula cumplÃa una pena de 8 años y 10 meses de prisión, ratificada en tres instancias diferentes, por corrupción pasiva y blanqueo de capitales, tras haber sido hallado culpable de recibir un apartamento en el balneario paulista de Guarujá a cambio de favores polÃticos a la constructora OAS. Ahora esperará en libertad hasta que agote todos los recursos disponibles en el sistema judicial brasileño, según decidió el Supremo en la vÃspera en una votación ajustadÃsima (6-5).
El máximo tribunal de Brasil anuló su propia jurisprudencia, vigente desde 2016 y a través de la cual autorizó ejecutar una pena de prisión después de que ésta se confirmara en segunda instancia y aún dos apelaciones pendientes en tribunales superiores. La decisión le abrió las puertas de la cárcel al lÃder del Partido de los Trabajadores (PT), quien afronta nueve procesos abiertos con la Justicia, en dos de los cuales ya fue condenado.