David Castro Carballa murió por causas naturales y no debido a un accidente con el patinete eléctrico en el que paseaba el pasado domingo en Campelo, en el municipio pontevedrés de Poio. Los resultados de la autopsia confirman así que el fatal suceso no está relacionado con el vehículo de movilidad personal, sino con una indisposición que sufrió repentinamente el joven, de 31 años, y que sufría problemas de corazón.
Fue un vecino quien alertó al 112 al ver a David Castro tendido en el suelo. Estaba al lado del patinete eléctrico, en el que iba en dirección al puerto de Campelo y tenía un golpe en la cabeza. No llevaba casco.
Al lugar se desplazó una ambulancia de Urxencias Sanitarias de Galicia-061 y los agentes de la Policía Local y la Guardia Civil, aunque el proceso de reanimación iniciado por los médicos del 061 no dio resultado y no pudieron más que confirmar el fallecimiento.
La Policía Local inició las diligencias como si se tratara de un accidente de tráfico, al entender que el joven circulaba en el vehículo eléctrico en el momento de los hechos. También había descartado que la vía en la que ocurrió el suceso estuviese en mal estado.
