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Manual de supervivencia

De nada servirán las medidas propuestas por el comité de expertos de Feijóo si no se aplican
Un operario monta un coche en la factoría de PSA en Vigo. DP
photo_camera Un operario monta un coche en la factoría de PSA en Vigo. DP

Es una caja de herramientas con un detallado manual de instrucciones. La primera entrega de las propuestas del comité de expertos que ha reunido la Xunta es un documento que tiene letra pequeña. Cierta miga, vamos. Y tres destinatarios finales: las administraciones central, autonómica y local. También es un retrato conciso, con casos prácticos, de lo que no se ha hecho bien hasta ahora. Para ello, recurren al análisis comparado con otros países e incluso con la propia OCDE. El vistazo a nuestro entorno, por tanto, es amplio. Todo, con dos objetivos: el diseño de instrumentos que se puedan activar en cuestión de días, con la menor burocracia posible, y la búsqueda de fórmulas para facilitar liquidez con seguridad y de inmediato. Suena bien.

¿Cómo se puede evitar que un problema de liquidez originado por la crisis actual en empresas viables se acabe convirtiendo en un impacto estructural en su solvencia, que lleve a su desaparición? Es la pregunta que se hacen determinados actores de la economía real que integran el sanedrín (Asociación Gallega de la Empresa Familiar, Foro Económico de Galicia, Consello Galego de Economistas y empresas como Inditex o Reganosa) y que da pie a una batería de veinte propuestas concretas, muy detalladas pero que siguen una pauta: la intervención pública debe iluminar con más fuerza la salida de este oscuro túnel. Más Estado en el peor momento. Y liderazgos.

Dos son los ejes básicos de las propuestas, el aplazamiento de impuestos, y una más decidida apuesta por reforzar las líneas de financiación pública, vía avales y nuevos instrumentos, por ejemplo, de organismos como el Ico o el Igape.

Para empezar, los gurús convocados por Núñez Feijóo apelan a cuestiones básicas: priorizar la tramitación de la devolución de impuestos o cobros indebidos, agilizar el pago de subvenciones o ayudas ya aprobadas y mejorar el pago a proveedores dentro de los plazos legales e incluso recortarlos hasta los quince días. La Xunta paga actualmente a 35 días, empeorando el parámetro desde comienzos de año. Estas son, por decirlo de algún modo, cuestiones de mínimos que plantea el comité de expertos. También abunda en los márgenes que deja la normativa fiscal para el aplazamiento y diferimiento de impuestos (IRPF, Iva, sociedades, impuestos y tasas locales) y el recorrido que hay en este ámbito. Para ello, el comité parte de un dato demoledor: "O 75% dos países da OCDE e G-20 adoptaron medidas de diferimento de impostos que, con carácter xeral, teñen por destinatarios colectivos máis amplos e cun ámbito temporal máis extenso". Y pone como referencia a Reino Unido y Alemania.

La modificación del plazo de declaración e ingreso de las autoliquidaciones del Iyva correspondiente a los dos primeros trimestres de 2020 o la eliminación, de forma transitoria, del sistema de pagos a cuenta del impuesto sobre la renta de las personas físicas y del impuesto sobre sociedades, son propuestas que se dirigen a todas las empresas, grandes y pequeñas. Sin embargo, el comité también apuesta por herramientas que parecen solo al alcance de grandes corporaciones. Así, recomienda el establecimiento, de forma transitoria (años 2020 e 2021), de un sistema de compensación retroactiva de bases imponibles negativas de actividades económicas, o la monetización de los créditos fiscales por pérdidas registradas en 2020 y 2021, concretamente en la parte correspondiente a los gastos de personal realizados.

A la vista del primer informe presentado, el Estado (Gobierno y Xunta, en este caso) debe emplearse mucho más en la financiación. Los avales canalizados por el Instituto de Crédito Oficial (Ico), que a juicio de muchos sí debería actuar en esta crisis como un banco público, reciben un severo correctivo por parte del comité de expertos. No llegan a todas las empresas, y ni mucho menos a los negocios que llevan poco tiempo en marcha, empresas saliendo de concursos o con puntas de morosidad.

Tampoco el Igape se libra. Los expertos piden minimizar los plazos de respuesta para el organismo gallego, aprobar líneas de avales para cubrir necesidades financieras muy superiores a las actuales o abordar determinados sectores y ámbitos, como el turístico o los anticipos de la PAC.

La caja anticrisis ya tiene sus herramientas. La clave ahora está en que finalmente se usen. Y en el menor tiempo posible.

Nadia Calviño | La vicepresidenta que manda con guante de seda
Es una alta funcionaria europea metida a política. Una técnico, en resumen. La coruñesa Nadia Calviño ha tomado el mando de la política laboral. Lo ha hecho con cierta mano izquierda, y ya se sienta con la patronal de Antonio Garamendi y los sindicatos para buscar fórmulas con el fin de prolongar en el tiempo la aplicación de los dichosos Erte. Lo hace por encima de otra gallega, ferrolana, en este caso, Yolanda Díaz. La ministra de Trabajo no ha estado fina en las últimas semanas, y ha sido incluso vetada por los agentes sociales. Nadia Calviño, guante de seda, debe demostrar ahora mano de hierro para poder superar todos los retos económicos que plantea la crisis del coronavirus. No lo tiene nada fácil.

Teresa Ribera | La vicepresidenta que todavía no sabe de qué va esto
ES una activista de la ecología metida a política. Una ortodoxa, en síntesis. Teresa Ribera ha estado al frente de la gestión de la desescalada en sus prolegómenos y diseño, no en su aplicación. De la transición ecológica a la sanitaria. Curioso. Si embargo, el peligro que representa la vicepresidenta Ribera está más allá de sus patinazos verbales con los hosteleros, como cuando vino a decir que ajo y agua a quien no se sintiera cómodo con el plan. Y es que a su modo de ver, la recuperación de la crisis debe ser "verde" y "solidaria". "No vamos a dejar pasar esta coyuntura sin sacar el máximo provecho y remar en la dirección correcta", asegura Ribera sin mayor detalle. ¿Sabe realmente de qué va esta crisis?

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