Opinión

Más y Mas

CUANDO DON Artur Mas era simplemente Arturo (no hace tanto) nada hacía sospechar de su descalabro político en Cataluña, ni que acabase fustigado por su desenfreno caótico, con piso embargado y deudas pendientes con la Justicia, entre otras calamidades, insuficientes para impedir que culmine su ‘gestión’ como un fracasado/jubilado que otros triunfadores quisieran para sí: 111.668 euros (brutos) anuales, oficina con tres personas y coche oficial con chófer y seguridad. Sueldo de 30.000 euros superior al que cobra Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.

La dualidad gramatical (apellido y adverbio) no enmascara ninguna ambigüedad: define el ‘más y Mas’ de un personaje difuso entre el éxito fiduciario y el fracaso político que acabó arruinando a la comunidad más próspera del Estado y se le premia espléndidamente por ello. De paso, también se evidencia la complicidad (inmoral) de quienes legislan y la ofensa que ello supone en un país plagado de mileuristas y de otros que ni tan siquiera lo son. Una situación tan inmoral como esperpéntica revestida de una legalidad que apesta.

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