Las otras 'desapariciones' de una aspirante a modelo

La poco amistosa separación de sus padres marcó a Diana Quer, que en ocasiones solía ausentarse de casa o no contestar al teléfono 

 

Diana Quer y su hermana, Valeria. AEP
photo_camera Diana Quer y su hermana, Valeria. AEP

La desaparición de Diana llevó su rostro a todos los medios de comunicación y redes sociales apenas unas horas después de aquella noche de agosto de 2016 en la que no regresó a la casa de A Pobra do Caramiñal en la que pasaba las vacaciones. Su imagen se difundió después por medio mundo en los alrededor de 500 días transcurridos entre el momento en que se inició su búsqueda y se localizó el cuerpo en la nave de Rianxo. En todo ese tiempo, antes de que se agotase definitivamente la esperanza, su caso se hizo tan mediático que el retrato se convirtió en relato.

Se supo así que esa chica de 18 años, 1,75 metros de altura, 55 kilos, ojos oscuros y pelo largo y moreno —como se la describía en los carteles divulgados en su búsqueda— era la hija mayor de una familia de clase acomodada, vivía en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, estudiaba segundo de bachillerato —con unas notas manifiestamente mejorables— y quería ser modelo. Hasta se conocieron algunos de sus amigos, como la hija del exfutbolista Guti y la presentadora de televisión Arancha de Benito.

En realidad, se supo mucho más que lo relacionado con las investigaciones a través de las que se buscaban pistas, porque los focos centrados en la familia revelaron tensiones, tras la compleja separación de los padres que Diana vivió en la adolescencia, y se retransmitió una pugna por la custodia de la hija menor.

Esta joven de la alta sociedad madrileña tuvo dificultades en los estudios, superó la anorexia y aspiraba a subirse a la pasarela


En paralelo, a partir de testimonios y declaraciones, se fue construyendo una biografía que mostró a una joven que en sus 18 años había superado un trastorno alimenticio, había tenido una relación sentimental que la dejó herida y algunos desencuentros con su madre, Diana López Pinel, con quien vivía. De hecho, se habló de alguna huida de casa y de que en ocasiones desconectaba el teléfono móvil para distanciarse, aunque el abogado de la progenitora negó públicamente las informaciones que apuntaban a que se había fugado tres días en el mes de abril de 2016.

Es parte del ruido que ha rodeado un caso de elevada exposición pública tras el que quedan, entre muchos mensajes, los que envió públicamente a Diana su hermana en este casi año y medio, para darle todos los "besos y abrazos" que no hubo y recordar que superó "miles de adversidades" con su sonrisa. Era una "niña normal", como dijo Juan Carlos Quer poco después de denunciar su desaparición. "Una muy buena chica", como señaló su madre, que se negó a perder la esperanza hasta el último momento.

Tras una larga investigación en la que hubo supuestas pistas que no llevaron a nada, batidas, reconstrucciones, análisis de miles de datos y se archivó provisionalmente la causa, buena parte de los focos se centran ahora en el juzgado. Mientras, continúan activos cientos de búsquedas en España.

EL PADRE, AGRADECIDO. Este trágico suceso que conmocionó a Galicia y a España, como antes lo hizo el caso Asunta, deja desgarrada a la familia de Diana Quer. Su madre y su hermana, que estuvieron en A Pobra la pasada Nochebuena, se encuentran tan afectadas que ni siquiera han tenido ánimos de acercarse a Galicia, adonde viajó antes de que acabara el año Juan Carlos Quer, el progenitor de la joven asesinada.

Este importante empresario madrileño, que tras la separación de su esposa cambió A Pobra por Mallorca como lugar de veraneo, pidió ayer que "este señor responda del delito y de la muerte de una persona que estaba en la flor de la vida", en alusión al presunto autor de la muerte de su hija. 

Un día antes, recién llegado a Galicia, habló de la "mala fortuna" que tuvo su hija, porque lo que le pasó a ella pudo "haberle pasado a cualquiera". Visiblemente afectado, a la entrada del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) en Santiago, aprovechó la cercanía de los micrófonos y de las cámaras para dar "gracias" a todos los que de alguna manera colaboraron o ayudaron a su familia en un momento tan "duro".

"Gracias a Dios nuestra sociedad en España tiene una respuesta", dijo a preguntas de la prensa allí congregada, y nombró tanto a los responsables políticos como al equipo humano de la Uco de la Guardia Civil, "sobre todo" a ellos, por la labor realizada. 

Juan Carlos Quer, que siempre mantuvo un tono comedido y que a diferencia de su exesposa fue perdiendo protagonismo mediático, quizá porque desde un principio apenas albergaba muchas esperanzas de encontrar con vida a Diana, quiso dejar un mensaje claro de agradecimiento a la sociedad gallega y española por el cariño recibido estos meses.