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La Piedra de Scone, Galiza e Irlanda

HACE MUCHO TIEMPO, allá por el año catapum del siglo XIV, un sacerdote llamado Juan de Forun, decidió escribir la historia de su nación escocesa. Disgustado porque los ingleses habían quemado gran cantidad de documentación, Forun recorrió Escocia de punta a punta reconstruyendo todo lo que pudo, cubriendo huecos y leyendo papeles que se habían salvado de la destrucción. Es así como hoy sabemos de la importancia de Galiza en la construcción del país escocés.

Es curioso. Tanto las leyendas que nos dieron a conocer a Breogán como la que contamos hoy sobre uno de los grandes mitos escoceses, la Piedra de Scone, nos llegaron de allá. De no ser porque irlandeses y escoceses se molestaron en escribir su historia, hoy ni sabríamos de Breogán ni sabríamos de la Piedra de Scone, un elemento sagrado sobre el que se coronaron los reyes escoceses y hoy los de Inglaterra y que tiene estrecha relación con Galiza. No lo digo yo. Lo dicen Juan de Forun y muchos otros autores posteriores.

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Bien, había una señora, a quien suponemos joven, que se llamaba Scota y era una destacada protagonista de la realeza egipcia, según muchos y muchas, hija del Faraón. Escocia se llama Escocia (Scotland) precisamente por Scota, eso nadie lo discute. Scota se casó con un griego o un escita, eso sí se discute, como el nombre del maromo, pero no son cosas que afecten a lo que nos interesa. Bien porque cayeron en desgracia y fueron expulsados, bien por otros motivos que también se discuten, tuvieron que emigrar y vinieron a parar a Galiza, donde fundaron Brigantium, lugar que disputan bravamente A Coruña y Betanzos.

Traían consigo la Piedra de Scota, o Piedra del Destino, que para los egipcios era una piedra sagrada que traía suerte y prosperidad. Era utilizada por los judíos en Egipto y se dice, con razón o sin ella, que es la misma piedra que utilizó Jacob como almohada y que aparece en Libro del Génesis: "Y encontró un lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó una de las piedras de aquel paraje y la puso a su cabecera, y acostose en aquel lugar".

La piedra llegó a nuestro país donde cumplió sus funciones mágicas hasta que fue llevada a Irlanda en una operación de conquista de nuestros bravos ascendientes celtas y de ahí a Escocia. Ahí es donde las leyendas irlandesas y escocesas difieren en algunos puntos, aunque ni unas ni otras discuten la procedencia de quienes la llevaban, gallegas y gallegos. Para los irlandeses, comandaba la expedición un descendiente de Breogán, para los escoceses, un gallego, que puede ser el mismo con otro nombre u otro diferente.

Bien, una vez en Escocia, la Piedra de Scota fue utilizada durante siglos para coronar a los reyes escoceses y custodiada en una abadía que obviamente se llamaba Scone. Tal era el poder mágico y simbólico que se atribuía a la piedra que en el siglo XIII, Eduardo I de Inglaterra saqueó la abadía, robó la piedra y se la llevó a Westminster. Allí fue utilizada para lo de siempre, coronar a los reyes. Así se hizo durante los siguientes ocho siglos.

En 1950, cuatro estudiantes nacionalistas escoceses, buena gente, robaron la Piedra del Destino el día de Navidad y la devolvieron a Escocia. El lío fue monumental, así que los escoceses la mandaron otra vez a Inglaterra a tiempo para la coronación de Isabel II. Leyendas urbanas sostienen que la original fue cambiada por otra, pero eso no lo sabemos. Yo, si fuera escocés y dependiera de mí, la hubiera cambiado.

La Piedra de Scone fue desde siempre una gran fuente de conflictos entre Escocia e Inglaterra. La cosa se resolvió tomando una decisión salomónica que satisfacía a ambos pueblos británicos: en 1996 fue devuelta otra vez a Escocia bajo la condición de que los escoceses accedieran a prestarla para las ceremonias de coronación de los reyes ingleses. Hoy se conserva en el castillo de Edimburgo, junto a los tesoros de la Corona escocesa.

Lo que ahora necesitamos es a media docena de mozos y mozas gallegas, gente brava, que vaya a Escocia a robar la piedra. Tenemos más derecho que nadie como fundadores de la nación escocesa y hasta de la irlandesa. Iría yo mismo, pero soy obeso y asmático; y llevo gafas y carezco de pasamontañas.

Como siempre, para encontrar más información sobre el asunto, no acuda usted a fuentes españolas. Casi no las hay. Ni la Wikipedia menciona a Galiza al hablar de la Piedra de Scone o del Destino. Es más fácil encontra a nuestro país, en referencia a este tema como a casi todos, en fuentes escocesas, irlandesas o inglesas. Si usted, como yo, no habla inglés, tenga paciencia, pero le aseguro que algo encontrará y podrá comprobar que nos tratan con más respeto aquellas patrias que fundamos que la que nos dice siempre que los gallegos somos españoles pero luego ni se molesta en mencionar la incidencia que nuestra nación tuvo en la conformación de la actual Europa.