El salario medio gallego subió un 2,8% en 2017 pero aún está a 163 euros del español

La nómina se situó en 1.479 euros tras un alza, la segunda más intensa del país, que no llegó a muchos trabajadores

Trabajadores en una conservera. ADP
photo_camera Trabajadores en una conservera. ADP

Cuarenta euros al mes. Es lo que dice la estadística de costes laborales del Ine que subió el año pasado el sueldo medio en Galicia, hasta situarse en 1.479 euros. Aunque hay muchos trabajadores que ni llegan a esa remuneración ni percibieron mejoras en su nómina, la evolución del salario promedio sitúa a la comunidad como la segunda tras Asturias con la mayor revalorización en términos porcentuales, de un 2,78%. Ese avance supone romper con dos años consecutivos de ligera bajada en las retribuciones y es el más intenso desde 2009.

Los datos actualizados este viernes sugieren que la recuperación de la actividad en las empresas tras la etapa de crisis económica tendría  cierto reflejo en las pagas de una parte de los ocupados. En ese escenario, durante 2017 se renovaron con alzas salariales convenios colectivos en ámbitos como el del metal, el transporte o el comercio de alimentación en la comunidad. Además, los empleados públicos pasaron a cobrar un 1% más.

Al margen de las causas, las cifras reflejan una subida con la que Galicia acortó la histórica brecha con el sueldo medio en España. La grieta, no obstante, sigue siendo de casi 163 euros al mes. A pesar de ser la más baja desde que arranca la serie de datos del Ine en 2008, evidencia las diferencias territoriales, que también se dan en el coste de la vida. En ese contexto, vascos y madrileños mantienen los sueldos más altos, con una media que supera los 1.900 euros, aunque en ambos casos hubo una caída el año pasado. Mientras, los extremeños vuelven a ser los peor posicionados —1.343 euros—.

La mejora de los salarios no siempre significa que los trabajadores dispongan de más dinero para gastar o para poder ahorrar, ya que todo depende de cómo evolucione el coste de la vida. Con la subida del salario medio del 2,78%, los empleados habrían ganado poder adquisitivo porque ese alza es superior a la que registró el Índice de Precios de Consumo (IPC), del 1,2% el año pasado en Galicia. No obstante, hay que tener en cuenta que la revalorización en muchas nóminas fue más modesta y cantidad de ellas permanecieron congeladas, por lo que no se puede hablar de una ganancia generalizada de poder de compra. De hecho, los sindicatos ponen el foco en todos los trabajadores que lo perdieron, y también en la caída del peso que los salarios tienen en el producto interior bruto (PIB) frente al aumento del de las rentas empresariales, que ya representan el 47,7% de la riqueza gallega.

En un escenario de recuperación, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, instó hace unos días a las empresas del sector privado a emular el acuerdo salarial alcanzado en el ámbito público, que contempla una subida fija del 6,1% entre 2018 y 2021 y una parte variable que puede elevar la revalorización al en torno del 9%. Sin embargo, la contención salarial sigue estando muy presente.

Por sectores, la construcción fue el que mostró un aumento más moderado de las remuneraciones el año pasado (+1,7%), con  el importe medio en 1.454 euros.  Con una cuantía ligeramente inferior (1.428), el sueldo promedio en los servicios subió un 2,9%. En la industria el alza fue del 2,8%, hasta alcanzar los 1.700 euros. 

LA FACTURA TOTAL. El salario es uno de los componentes del coste laboral, que refleja lo que desembolsa la empresa por cada trabajador. Esa ‘factura’ cerró 2017 en 2.427,6 euros de media en Galicia, un  3,6% más en un año. Y es que, además de las retribuciones 
 —tanto las de periodicidad mensual como los extraordinarios—, también se incluyen las cotizaciones a la Seguridad Social y los costes asociados a prestaciones sociales, indemnizaciones por despido o formación, entre otros conceptos. Estos otros costes sumaban 602 euros de media por empleado a cierre del ejercicio pasado, un 3% más con respecto a 2016.