Opinión

Sanidade, diálogo abierto

JERÓNIMO DE Blancas, cronista de Aragón, cuenta que los aragoneses nombraban a sus Reyes con la fórmula "Nos, que somos y valemos tanto como vos, pero juntos más que vos, os hacemos Principal, Rey y Señor entre los iguales, con tal que guardéis nuestros fueros y libertades...". Escuchadas estas palabras –germen de la soberanía popular de nuestras democracias–, el elegido prestaba juramento ante el Justicia de Aragón y los representantes del pueblo en la Seo de Zaragoza. Ahí comenzaba su reinado.

Traigo a colación la ceremonia de coronación de los monarcas aragoneses a propósito de la fórmula escogida por el Gobierno gallego para buscar soluciones a los problemas de la Sanidad: convocar a grupos de profesionales integrados en el sistema sanitario, que son los que conocen los problemas, y a los ciudadanos a través de la plataforma E-Saúde porque, en Galicia también, "todos juntos (sabemos) más que vos", más que el presidente, el conselleiro y toda la línea jerárquica del organigrama del Sergas.

Sanidade se puso las pilas del talante negociador para que el sistema sanitario sea diagnosticado e intervenido con rigor y tratado con las reformas adecuadas para curarlo

De lo publicado se deduce que el objetivo es analizar las deficiencias de organización y gestión, las necesidades de medios técnicos y humanos, contrataciones incluidas, en Atención Primaria –la clave de todo el entramado sanitario, su mal funcionamiento colapsa las urgencias–, los Servicios de Urgencias, los PAC, Pediatría y otras especialidades y buscar alternativas para mejorar la Sanidad con este modelo de "decisiones compartidas".

Dicho en lenguaje coloquial, la Consellería de Sanidade se puso las pilas del talante negociador para que el sistema sanitario, paradójicamente enfermo, sea diagnosticado e intervenido con rigor y tratado con las reformas adecuadas para curarlo.

Tras esta oferta abierta a la participación "sin limitación alguna", parece que el diálogo es una realidad. Faltan los integrantes de Urgencias de Santiago, que tienen razón en las reivindicaciones para su servicio con denuncias graves que deben ser aclaradas, pero enrocados en la huelga transmiten la imagen de que buscan otros intereses ajenos a los problemas de su trabajo.

Por eso, conseguido el efecto mediático deseado, el barullo de la protesta debería dar paso a estudiar las fórmulas que solucionen el problema. Persistir en el conflicto desprestigia al hospital de Santiago y al sistema sanitario gallego.

Apuntado esto, si la sanidad funciona bien y es apreciada por los gallegos, ¿por qué está periódicamente en la picota? El miércoles más.

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