El balance de la siniestralidad vial en España se cerró el año pasado con 1.806 fallecidos en accidentes de tráfico, tanto en vías interurbanas como urbanas, lo que supone un descenso de 24 respecto a 2017. Los números definitivos arrojan un incremento de un 45% de los atropellos mortales.
Los datos fueron presentados este lunes por el director general de Tráfico, Pere Navarro, a partir de un balance que contabiliza el número de muertes en los 30 días posteriores al siniestro y que concluye que hubo una media de cinco fallecidos al día.
Según las cifras de la DGT, el año pasado se registró un notable incremento (45%) de los atropellos mortales en las vías interurbanas, con 149 peatones fallecidos frente a los 103 de un año antes. Precisamente, los usuarios vulnerables (peatones, ciclistas y motociclistas) representan ya el 48% del total de fallecidos en accidentes, un 2% más que en 2017.