Opinión

Tapiar la salida de seguridad

¿QUÉ ALTERNATIVAS existen para la situación de Cataluña entre el "quietismo" que practicó Mariano Rajoy, la "audacia" de Pedro Sánchez y el independentismo? Ninguna, si nos atenemos a las descalificaciones —"traición", "vergüenza", "ignominia"— que desde PP y Ciudadanos recibió Pedro Sánchez. Olvidan que cuando hubo que atajar en septiembre de 2017 no se hizo. Lo único que proponen es una aplicación inmedita, se supone que permanente, del artículo 155 . También olvidan que cuarenta años de franquismo no resolvieron la cuestión. Si se pide reflexión y prudencia frente a las "audacias" de Sánchez, para usar un calificativo del oportuno editorial que le dedicó La Vanguardia a la reunión del Consejo de Ministros en Barcelona, también demanda reflexión y responsabilidad el ejercicio de lenguaje bélico que le dedican los Casado y Rivera a esta iniciativa del Gobierno de reunirse en Barcelona. Hay un cierto riesgo de contemplar la situación como de salida imposible. No se quiere resolver: se busca acentuar la confrontación. Por una parte, el independentismo con su activismo en las calles y carreteras contra el "agravio" por la presencia del Gobierno de España en Barcelona y el propio gobierno de la Generalitat despreciando las decisiones del Consejo de Ministros y, por el otro lado, la primacía absoluta del tactismo electoral y el arrastre por la extrema derecha que rechaza todo intento de diálogo: hay que mostrarse duros con Cataluña para no perder votos y, tras la presencia de Vox en Andalucía, hay que volver a la España uniforme y centralista como única España. Ni tiene base racional el desprecio del Gobierno de Cataluña hacia el Gobierno de España cuando desde ese ‘govern’ y ese independentismo se le está reclamando diálogo, ni ese programa de "traición" por la oposición ofrece vía alguna de salida ni confianza para regresar y encontrar una convivencia integrada.

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