Opinión

Todo muy raro

HAY SITUACIONES y escenarios delicados o comprometidos no fáciles de entender, cuando no imposibles, si no se está dentro, involucrado directamente. Por eso muchas de las interpretaciones que se hacen desde fuera no siempre coinciden con la realidad. Uno de esos casos inextricables es la extorsión ampliamente divulgada a que fue sometido el joven lucense por parte de una red, con la que colaboró una ficticia novia de la víctima y uno de sus amigos, llegando a abonar 60.000 euros, ante la amenaza de llenar Lugo de sus fotos ‘en pelotas’.

Habría, ya digo, que estar en el ajo para meterse en la ‘película’; pero desde la lógica es difícil aceptar que se apure una estafa de esa cuantía, mediante el goteo de sucesivas entregas de dinero, sin advertir de lo que, por detrás, está ocurriendo y sin acudir a la Policía para, por lo menos, referir lo que sucedía o, como sería lo más lógico, presentar la correspondiente denuncia, antes de que se desbordase la extorsión. Tampoco es normal que el estafado convenciese a sus padres para la entrega del dinero sin decirles exactamente para qué. Todo muy raro. Menos mal que la red extorsionadora acabó atrapada. La policía está para algo y a veces se olvida.

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