Trasladan a Teixeiro y A Lama a los presos vinculados a Resistencia Galega Teto y Senlheiro

Roberto Rodríguez fue condenado por pertenecer al grupo y Adrián Mosquera por tenencia de explosivos

Adrián Mosquera Pazos, en una imagen de archivo. AEP
photo_camera Adrián Mosquera Pazos, en una imagen de archivo. AEP

El miembro de Resistencia Galega Roberto Rodríguez Fialhega (conocido como Teto) y el preso gallego condenado por tenencia de explosivos Adrián Mosquera Pazos (conocido como Senlheiro) han sido movidos a las cárceles de Teixeiro y A Lama, respectivamente. Según informa Instituciones Penitenciarias, estos dos traslados se produjeron a lo largo del pasado mes de marzo desde cárceles de Castilla y León. 

Rodríguez Fialhega fue uno de los primeros condenados en 2013 por pertenencia a Resistencia Galega, con una pena de 18 años de cárcel. Posteriormente, el Supremo la rebajó a 13 años y 9 meses. Fue detenido en 2011 y la Sala consideró probado que se citó en Pontevedra con Eduardo Vigo (también condenado) para entregarle tres termos metálicos en cuyo interior había tres artefactos. 

La eurodiputada Lídia Senra visitó el año pasado a Roberto Rodríguez en la cárcel de Dueñas (Palencia) y a Adrián Mosquera en la prisión de Mansilla de las Mulas (León), en una ronda de encuentros con presos gallegos para denunciar la "crueldad" de la política de dispersión penitenciaria al "no respetar los derechos humanos".

CONDENA POR TENENCIA DE EXPLOSIVOS. La Audiencia Nacional absolvió en abril de 2014 a Adrián Mosquera Pazos de formar parte del grupo terrorista Resistencia Galega tras ser detenido en enero de 2013 en posesión de tres artefactos explosivos "provenientes del entorno de la organización terrorista". El fallo fue ratificado por el Supremo. 

El tribunal consideró probado que Mosquera Pazos se adentró el 7 de enero de 2013 en una zona boscosa del municipio de Ames (A Coruña) a fin de recoger de una caseta abandonada tres artefactos explosivos "de unos dos kilogramos de peso cada uno, temporizados con rango máximo de 12 horas, de manufactura artesanal y con todos los elementos necesarios para explotar". 

El acusado aseguró durante el juicio que la utilización de la violencia para conseguir la independencia u otros fines políticos es "una salvajada" y que la utilización de explosivos es "una barbaridad" por el riesgo que supone para la vida de las personas y de los bienes. 

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