Xoel López: "Componer en gallego me lleva a O Courel"

Finalizado su periplo transoceánico, el coruñés Xoel López regresa con el álbum 'Sueños y pan', su tercer trabajo en solitario

Xoel López.AEP
photo_camera Xoel López.AEP

HABLAR CON Xoel López, aunque sea por teléfono, se convierte en un momento cálido, amable y colorido. El artista coruñés tiene en su agenda citas como el PortAmérica o el FicBueu, pero le pedimos que haga balance después de 14 discos en una trayectoria siempre sólida, al margen de gustos.

Aunque está de promoción y en época de festivales, ¿en qué punto emocional de su carrera se encuentra?

Uf. Qué pregunta más difícil. Quizás me sienta en un punto de inflexión, en el sentido de que tengo 40 años, tengo 20 años de carrera y estoy empezando a hacer balance. Hasta ahora iba siempre, digamos, más pensando en el mañana que en el ayer, pero ahora empiezo a echar más la vista atrás, a darme cuenta de todo. Estoy más tranquilo, asentado en Madrid. Tengo más tiempo para reflexionar, para pensar sobre mi bagaje. Pero eso no quiere decir que no piense en el futuro. Ahora me toca defender Sueños y pan.

¿Cuántos sueños y cuánto trabajo hay en este álbum?

Trabajo siempre hay mucho, porque en España dedicarte a la música no es una tarea fácil. Hay que estar muy al pie del cañón para seguir adelante. Y sueños, yo creo que si no hubiese la parte de seguir soñando, teniendo metas artísticas, pues este trabajo sería muy estéril.

Trabajo siempre hay mucho, porque en España dedicarte a la música no es una tarea fácil

De este disco se ha hablado mucho sobre que cierra una trilogía comenzada por Atlántico. ¿Cómo resumiría esa evolución?

Sí, me lo comentó un amigo y me pareció acertado y me agarré a eso. Después de Deluxe, pues hubo un cambio con mi viaje a América Latina, sobre todo con mi estancia en Buenos Aires, y de ahí nace Atlántico, que era un disco de emigrante, de fascinación con lo nuevo. Y después está Paramales, que es un disco puente, porque lo compuse al otro lado del Atlántico pero ya lo grabé aquí. Y este Sueños y pan es un poco como el disco de haber vuelto, el disco del descanso.

Uno nunca vuelve de un lugar siendo el mismo. ¿Cómo lo ha procesado?

Sí. Me dejé llevar mucho. Yo llegué con la idea de estar unos meses, quizás un año, y al final me quedé casi cinco. Tampoco sabía a qué me enfrentaba cuando me fui a Buenos Aires. Al final pasaron muchas cosas, conocí a mucha gente, músicos de todas partes, y eso influyó en mi música. Y yo también fui muy permeable, no lo impedí. Lo que te sucede en los viajes tiene que ver con tu predisposición. Además, yo también viajé mucho solo, que es una cosa que abre de alguna forma las puertas a comunicarse más, a estar más ávido de propuestas. De todo eso queda la experiencia, de salir tu zona de confort, como se dice ahora, y eso es una experiencia en sí misma a nivel emocional. Y el contexto americano me dio mucho ritmo, mucho colorido, mucho paisaje... y todo ha ido saliendo en mis canciones.

En ese sentido, ¿ha tenido miedo a perder a su público de siempre?

Siempre. Pero eso me pasó ya más desde hace una década. Yo empecé con un grupo que se llamaba Elephant Band y que estaba en el circuito más sesentero, del rock psicodélico. Y después empecé con Deluxe y también sentí miedo. Luego fue asumir el reto de pasar del inglés al castellano y, bueno, hubo gente que se echó atrás. Luego el reto de cambiar de Deluxe a Xoel López, cambiar incluso al gallego... Pero eso me ha hecho ver que hay que luchar por lo que uno quiere con humildad.

Yo empecé con un grupo que se llamaba Elephant Band y que estaba en el circuito más sesentero, del rock psicodélico

Hablaba sobre los temas en gallego. ¿Sintió alguna vez la presión sobre este asunto? El hecho de tener que componer la gran canción gallega del pop.

La verdad es que no. Cuando yo empecé a mostrar mis canciones en gallego yo ya estaba viviendo en Buenos Aires. Diría que lo hice en un momento de cero presión. Compuse A serea e o mariñeiro en un verano porteño terrible de cemento, humos y calor. La canción creo que sale por las ganas de estar en mi tierra, en una calita fresca. Luego ya le cogí el gustillo y salieron estas dos canciones que son Serpes y Durme, en Sueños y pan. Serpes es un recuerdo de mis veranos en O Courel en Lugo, y Durme la hice para mi hijo. Aquí sí que me sentí presionado porque me decían, ¿Y la nana, y la nana?. Toma nana (risas).

¿En su mente está componer un disco entero en gallego?

Escribir en gallego de forma tardía tiene que ver con la morriña, con acercarme a esos veranos en O Courel, a esa Galicia más gallega que A Coruña. No lo descarto, es algo que podría pasar perfectamente en el futuro.

¿Por qué pasaba los veranos en O Courel?

Pues porque mi tío tiene una casa allí e iba mucho con ellos. Y ahora, incluso cuando vamos de Madrid a A Coruña, una parada obligada es Seoane do Courel. Además, mi abuelo era de Pin, una aldea de A Fonsagrada. Así que Lugo me toca por varios lugares. Serpes,de hecho, son esos caminos que nos llevaban a Seoane en los años 80 y que realmente eran una odisea. Era un camino eterno.

Y hablando de lugares, ¿qué significa para usted Buenos Aires?

Es otra ciudad más de mi vida. Toda mi infancia se remite a Galicia, hasta mis veinte años que yo vengo para Madrid. Pero después de mi infancia yo me debo a dos lugares, que son Madrid y Buenos Aires, que son mis dos nuevos amores, que me dieron muchas alegrías y también muchas penas, pero donde yo me desarrollé como adulto. Me curtieron. En contraste con ese Seoane de O Courel, el yin yan funcionó muy bien.

Comentarios