"En el Camino se ponen todas las facilidades para quien quiera vivirlo"

Pablo García, cicloturista argentino, suma una nueva aventura en bicicleta tras hacer casi 170.000 km en 16 años dando la vuelta al mundo
Pablo García. AGN
photo_camera Pablo García. AGN

Pablo García es un viajero argentino que acaba de llegar a Santiago de Compostela después de completar el Camino en bicicleta. Llegó guiado por sus raíces gallegas y por las ganas de completar una de las rutas de peregrinación más importantes. No es su primera aventura fuera de su Argentina natal, puesto que ya una gran parte de su vida fue sobre ruedas. Pablo estuvo más de 16 años viajando de país en país buscando conocer y aprender.

Un viaje para rendir homenaje a sus raíces familiares. De dónde vienen?
Mi abuela era de Galicia. No sé exactamente de que parte porque perdimos el rastro. Ella emigró en épocas de guerra y murió cuando yo era muy pequeño. Mi abuelo en cambio si sé que era de Segovia, y de hecho yo tengo pasaporte español. Decidí hacer el Camino de Santiago en ano Xacobeo para rendirle homenaje de alguna manera a mis raíces.

¿Es su primer paso por Galicia?
Si. Pasé por España durante mi travesía por el mundo, cuando venía de Francia, pero llegué en pleno invierno con mucho frío y no era buena época para hacer el Camino. De aquella me quedó pendiente.

"En Galicia puedes dormir en cualquier lado y es seguro. Me gusta acampar y aquí puedo tirar la tienda en cualquier lado"

¿Cómo se ve el Camino de Santiago desde el otro lado del mundo?
En todo el mundo hay tres grandes puntos de peregrinaje y por algo: la Meca, a donde no puedo ir por no ser musulmán; Jerusalén, que ya la visité; y el Camino de Santiago. Pero más allá de eso, al Camino lo veo como algo asequible. Después de algunas de las proezas que tuve que hacer a lo largo de mis viajes, aquí hay todas las comodidades. Puedes parar o dormir en cualquier lado, y es seguro. 

A mi me gusta acampar y aquí puedo tirar la tienda en cualquier lado. Esas cosas son las que hacen que sea una buena ruta para divulgar a los que se inician en el cicloturismo. Es un lugar perfecto para quien empieza a andar en bici y, por supuesto, para quien lo hace caminando.

¿En tu viaje no utilizas los albergues, solo acampas?
Solo paro en los albergues cuando estoy en una ciudad y me quedo varios días. Para ello voy bien cargado, llevo 50 kg de equipaje más 23 que pesa la propia bicicleta. Es duro pero me permite tener esa libertad de parar cuando quiera y donde quiera. Tengo para cocinar, herramientas, la computadora... No soy un peregrino al uso. Esto también implica que en cuanto puedo, especialmente en subidas como la de O Cebreiro, busco en ir siempre por asfalto. Los caminos de tierra o de piedras son muchas veces un calvario, además de para mí para la propia bicicleta que puede romper. En ese sentido, estoy limitado.

¿Hay mucha diferencia entre el resto de España y Galicia?
Galicia es muy linda. No la conocía pero ya me dan ganas de preparar un camino para el año que viene y dedicarle más tiempo. Es que además Galicia está llena de campos en los que es fácil ingresar. En lugares como Castilla están todos cercados y me vi ciertamente limitado para acampar.

Este camino no tiene nada que ver con su travesía alrededor del mundo.
Siempre digo que querer es poder. Hay que tener tiempo y energía para hacerlo, pero acá se le ponen las cosas fáciles al peregrino. En este camino se dan todas las comodidades para que quien quiera vivirlo pueda hacerlo, por eso es un destino tan bueno.

¿Cómo es el choque de culturas? ¿Le suelen recibir bien allá adónde va?
La hospitalidad en Galicia o en España es buena y normal, quizás en lugares donde uno sobresale un poco más se notan más las diferencias. Por ejemplo, los musulmanes están muy interesados en conocer al hombre occidental y siempre quieren recibirte. Los destaco porque me han sorprendido bastante.

¿Lleva en la bicicleta decenas de banderas, siempre se lleva algo de cada país?
La verdad es que es una forma de comunicarme. Muchas veces no me entiendo con la gente pero todos conocen su bandera y la bandera de algún país vecino. Es una forma de que entiendan que soy un viajero, y la mirada es distinta.

"En Irán encontré a 10 hombres contando mucho dinero. Eran contrabandistas de opio"

A veces donde no llegan las palabras llegan las banderas.
Una noche en Irán se me hizo de noche antes de llegar al poblado y encontré a una familia junto a un fuego. Al acercarme vi que no era una familia, eran diez hombres contando mucho dinero. Yo fui tonto y saqué una botella de agua porque quería acampar allí y ellos me empezaron a apretar pidiendo explicaciones. Ellos me hablaban en un idioma que no entendía y ahí recurrí a las banderas. Muchas veces dices nombres de países y no entienden, pero les enseñé las banderas de Irán y Argentina y uno gritó: "Maradona, el number one". Hasta ese momento, me tenían contra una pared y parecía que se estaban decidiendo a ver que hacían conmigo. Después me enteré que aquella zona era de contrabando de opio y yo les interrumpí en plena faena, pero gracias a Maradona nos entendimos.

Dijo que partía con la idea de estar dos años fuera y estuvo 16. ¿Qué cambió su idea original?
Yo estaba en Brasil desde hacía cinco años y tenía una agencia de viajes, así que sabía de turismo. Pero llegado a un momento yo ya tenía todos los objetivos de mi vida cumplidos y había algo que me decía que "Pablo, tenés que salir, viajar, conocer". Con la bicicleta me parecía la forma más adecuada. Poder entrar en los sitios con cierta libertad y una forma de conseguir sponsors, que lograba gracias a la bicicleta.

Conseguir los sponsors era clave. ¿Alguna vez sintió que podía quedarse sin dinero en el medio de la nada?
Si. Por ejemplo una vez llegué a Adis Abeba, capital de Etiopía, con solamente 40 dólares y si no conseguía dinero no llegaría a la siguiente ciudad. Decidí instalarme en el hotel más barato e ir a pedir un sponsor al más caro. Allí el dueño del hotel me invitó a diez días de pensión completa, salté de lo peor a lo mejor en un momento. Luego desde el hotel contacté con empresas privadas y medios de comunicación y salió todo de maravilla. En los momentos más difíciles llega una ayuda que yo digo que viene de arriba. De cierto modo mi viaje ha sido una forma de peregrinaje: encomendarte a la gracia divina para que las cosas fluyan. Yo miro a los peregrinos y los entiendo muy bien, porque no solo caminas con tu cuerpo si no que también con tu alma y tu espíritu. El buscar esa fe que te hace sobrellevar algo así te cambia para siempre.

"Sobre la bicicleta la mente trabaja más que las piernas, es la que te permite mantener el equilibrio"

¿Que parte es más dura, la física o la mental?
Ambas. La parte física te produce limitaciones, pero la mente es clave también. La mente trabaja más que las piernas, es la que te permite mantener el equilibrio. Lo que yo hago conlleva resistencia, y eso hace que ambas partes vayan de la mano.

¿La bicicleta es su hogar?
Yo tengo una película de mi viaje y estoy trabajando en un proyecto de serie. Entonces puedo decir que mi época de la bici se ha acabado porque tengo otros proyectos en mente. Pero si que ha sido mi estilo de vida durante tantos años, ahora el capítulo está cerrado y se abren otros.

Usted llega a Galicia poco antes de que lo haga la Vuelta a España, una de las competiciones más importantes del mundo. ¿Le hubiese gustado dar el salto al profesionalismo en el ciclismo?
Me voy a quedar para verla porque es genial, pero ellos son máquinas. Lo mío no es la competencia, es la resistencia e ir a mi ritmo.

¿Compite contra usted mismo?
No, compito con el desafío.

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