Adiós a Juan de Dios Román, el profesor que moldeó el estilo español del balonmano

 Exseleccionador nacional y expresidente de la Real Federación Española de Balonmano, tenía 77 años
Juan de Dios Román, en Lugo en 2009. SEBAS SENANDE
photo_camera Juan de Dios Román, en Lugo en 2009. SEBAS SENANDE

La muerte de Juan de Dios Román, que falleció este sábado a los 77 años como consecuencia de un derrame cerebral, deja huérfano al balonmano de una figura indispensable para comprender la evolución de este deporte en España en los últimos 50 años. Entrenador, seleccionador, presidente de la Federación Española, Juan de Dios Román lo fue todo dentro del balonmano.  Pero si algo fue, como a él le gustaba recalcar, fue profesor, tanto de la Escuela Nacional de Entrenadores como de la facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, en la que impartió durante 30 años la materia de balonmano.

Quizá por eso no dudaba en señalar como uno de sus principales logros el Campeonato de España juvenil que conquistó en 1970 con el colegio Nuestra Señora del Recuerdo de Madrid, aquel grupo de chavales que "casi no sabían correr con la pelota" cuando seis años antes los comenzó a dirigir.

Una exitosa labor que le abrió un año después las puertas del Atlético de Madrid, su equipo del alma, con el que ganó cinco ligas y cuatro copas del Rey y al que llevó a tocar las puertas del cielo con la disputa en 1985 de la final de la Copa de Europa ante la Metaloplastika. Poco importa que los rojiblancos perdieran aquella final. De hecho, el Atlético no tuvo opción ante los Basic, Vujovic, Portner o Vukovic, pero la leyenda en el deporte no siempre se sustenta en el marcador. A día de hoy, los nombres de Cecilio Alonso, Lorenzo Rico o Luisón García, sin olvidar el del propio Juan de Dios perviven en el imaginario colectivo de un deporte que vivió un antes y un después en España con la disputa de aquella final.

Nunca antes un equipo español había alcanzado la final de la Copa de Europa, como tampoco nunca antes un partido de balonmano había congregado a 10.000 espectadores que abarrotaron aquel 21 de abril de 1985 el Palacio de los Deportes. Luego llegaría, entre 1985 y 1988, la primera de las dos etapas de Román al frente de la selección española, unos años en los que, pese al notable ascenso del equipo español, los 'Hispanos' parecían condenados a quedarse siempre a las puertas de la lucha por las medallas, tras ser quintos en el Mundial de Suiza 86.

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