Galicia desarrollará un registro con los casos de trabajadores afectados por el amianto

Sanidade saca a información pública el decreto por el que se creará este instrumento. En Galicia hay más de 600 empresas inscritas en el listado de firmas con riesgo por manipular este material
 

Trabajos de retirada de amianto en una calle de Lugo. AEP
photo_camera Trabajos de retirada de amianto en una calle de Lugo. AEP

Los trabajadores gallegos expuestos a las fibras de amianto estarán incluidos en un registro centralizado por la Consellería de Sanidade cuya finalidad será estudiar la incidencia de enfermedades laborales derivadas de la exposición a este mineral, la obtención de datos estadísticos para poder realizar comparativas con otras comunidades autónomas y países, ayudar al reconocimiento médico-legal de los casos y facilitar el acceso a exámenes sanitarios a operarios retirados. Con esa finalidad, el departamento que dirige Jesús Vázquez Almuiña acaba de sacar a consulta pública un proyecto de decreto. 

Se trata de un paso más tras la creación del registro de empresas con riesgo por amianto (Rera), en el que actualmente hay más de 600 compañías inscritas, de las cuales cerca de 50 tienen sede en la provincia de Lugo. Entre los objetivos últimos de esta iniciativa— que controlará la Dirección Xeral de Saúde Pública— también está obtener datos suficientes con los que elaborar mapas de riesgos laborales y estudios epidemiológicos. 

¿Qué casos recogerá este instrumento? En un escenario en el que no existen bases de datos sobre el número de afectados —que en Galicia se cuentan por miles—, el registro gallego de exposición laboral al amianto (Regela) recabará los datos de diferentes perfiles. Por un lado, tendrá en cuenta a los profesionales que actualmente trabajen en empresas incluidas en el Rera por manejar materiales peligrosos. 

Dado que las patologías asociadas al uso de este material suelen manifestarse varios años tras la exposición, el Sergas también recogerá los casos de operarios que en el pasado trabajaron en compañías que estuviesen o aún estén anotadas en el registro. También estarán sujetos a control los casos de personas que, pese a estar retiradas, hubiesen estado en contacto con el amianto en empresas de fuera de la comunidad. Asimismo, la consellería contempla inscribir a quienes, aún sin trabajar en firmas que aparezcan en la base de datos, aporten pruebas documentales suficientes que acrediten que manejaron materiales de riesgo. 

La supervisión se extenderá al personal sanitario que estuvo en contacto con afectados. 

Pese a que la utilización y la venta de amianto están prohibidos desde 2002, no es obligatorio eliminar el que está colocado si el material no ha llegado al final de su vida útil. Como avisa el Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral, están en riesgo no solo los trabajadores que participan en tareas de retirada de estas fibras, sino también aquellos que, sin tener suficiente formación ni conocimientos en la materia, se pueden encontrar con este mineral al realizar reformas de edificios o tareas de mantenimientos de buques o trenes. Durante años fue un material muy utilizado por su bajo coste y por poseer propiedades como la resistencia a los cortes, a la humedad y a la abrasión y por su efectividad como aislamiento térmico, acústico o incluso eléctrico. 

UN ENEMIGO SILENCIOSO. El amianto se convierte en un riesgo para la salud cuando sus fibras microscópicas pasan al aire y, a través de este canal, se infiltran en los pulmones. Es por ello que entre las medidas básicas de prevención está el uso de mascarillas. Dependiendo de la gravedad de los daños, los afectados pueden tardar hasta 40 años en manifestar patologías como el cáncer de pleura, de pulmón o la asbestosis. Solo en la comarca de Ferrolterra se calcula que hay más de 3.000 afectados por el uso de amianto en los astilleros.

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