En cuanto al modus operandi que emplean los narcos gallegos en la actualidad, el inspector Carrión asegura que "los históricos siguen rechazando las nuevas tecnologías. Echan mano de otras personas que sí saben usarlas. Sin embargo, para las nuevas generaciones eso es básico. Las dominan de cabo a rabo. Han inventado nuevas rutas, medios, formas de transportar, relaciones, mientras antes todo era sota, caballo y rey. Los grandes están asesorados por el segundo escalón, que son los que de verdad saben emplear las tecnologías".
Otra de las novedades que preocupa en la Policía es la presencia de la heroína, una droga que parecía olvidada. Rodríguez dice que "ha cambiado el origen. Los iraníes han perdido poder. Ahora son los turcos, los búlgaros, los kurdos... y Holanda, que es clave para la heroína. Esa droga siempre ha estado envuelta en cierto romanticismo, y creo que ahora se ha perdido la perspectiva del daño que hizo en su momento". Díaz añade que "el consumo ha aumentado mucho", y su jefe concluye que "volvemos a ver jeringuillas otra vez".
En cuanto a los adictos al polvo blanco, el inspector jefe explica que "tardamos en verles tirados en la calle, y eso es algo que a nosotros nos perjudica. La sociedad no se entera de lo que ocurre".
"Hace no mucho tiempo no teníamos apoyo de nadie. La repercusión mediática nos ha venido muy bien", dice Carrión
Interviene en este punto Juan Carlos Carrión. "Hace no muchos años estábamos solos. Teníamos que luchar contra Fiscalía y jueces, nos topábamos con muros. Ahora todo eso ha cambiado mucho. La Operación Tabaiba (el mayor golpe policial contra la infraestructura de los narcos en las Rías Baixas del siglo XXI) por ejemplo, ha tenido más repercusión a posteriori que cuando se hizo".
Emilio Rodríguez añade que "una de las pegas que ponemos a la serie Fariña es que Sito acabe siendo un tipo de éxito. La realidad señala que en O Salnés a Miñanco se le tiene aprecio, al contrario que a Los Charlines. Vosotros, como prensa, habéis sido fundamentales para visibilizar este problema".
"En la Operación Guadaña, quince días antes del alijo, una santera le dijo al colombiano que le estábamos siguiendo", sostiene Alfredo Díaz
Bajando al terreno de la anécdota, los tres investigadores señalan la incidencia de la santería a la hora de que los sudamericanos decidan cerrar los narcotransportes. "Torres, el colombiano de Guadaña (uno de los mayores golpes contra el narcotráfico en contenedores) llamaba a una santera. Quince días antes de la caída del contenedor, ella le dijo. ‘Ten cuidado que está la Policía detrás de ti. Te está siguiendo. Lo veo negro’. En ese caso le cuadró, tenía razón.
Los colombianos confían mucho en el santero, le cuentan todo. A lo mejor son extremadamente precavidos para comunicarse con su gente, pero cuando hablan con la santera se lo cuentan todo". Palabra de Alfredo Díaz.
Algo similar ocurrió en el asunto del Riptide (3.400 kilos incautados en 2013). Contactaban con una santera cubana. Así se las gastan los narcotraficantes.
