Miñanco y sus problemas con Colombia:"¿Tú sabes que le pueden pegar un tiro?"

Las conversaciones del narco interceptadas por la Policía antes de su última detención parecen sacadas de un capítulo de 'Fariña'

 

Sito Miñanco, tras su detención. GUARDIA CIVIL
photo_camera Sito Miñanco, tras su detención. GUARDIA CIVIL

Las represalias que podrían sufrir sus colaboradores por parte de narcos colombianos pasaron a engrosar la lista de problemas de Sito Miñanco después de que la policía holandesa interviniera un cargamento de 616 kilos de cocaína: "¿Tú sabes que le pueden pegar un tiro al hermano de Quique y a la madre?".

Esta pregunta se la hizo a su novia, Leonor Ivanova, dentro del coche Saab 93 pinchado en el que la Policía interceptó cientos de conversaciones, a las que ha tenido acceso Efe, entre el histórico narcotraficante gallego y miembros de su red antes de ser detenido el pasado 5 de febrero en Algeciras, donde residía desterrado de su tierra natal por orden judicial.

Tan solo un mes después de que el 1 de octubre la policía española interviniese el mayor alijo de cocaína en alta mar (3.800 kilos) que Miñanco importaba desde Colombia, el gallego sufrió otro golpe con la incautación de 616 kilos de esa droga en Holanda. La cocaína provenía también de Colombia y los narcos de ese país reclamaban a Miñanco pruebas de la operación policial, en la que su colaborador Luis Enrique García Arango había actuado como intermediario.

Cuando las cosas salen bien, todo fenomenal, pero cuando no, esto se pone muy maluco porque todo el mundo empieza a pedir explicaciones

El narco gallego habla con él del tema el 29 de noviembre. "No hay duda es que la mercancía la cogieron y era nuestra", le dice, y añade que "ahora hay que dar un poco de tiempo a que éste diga cómo va a dar todos los detalles". Éste" es Kit, Raymond Van Rij, el ciudadano holandés que debía recibir la carga en ese país y del que estaban a la espera de que mandase documentos probando la aprehensión de la droga. "Cuando las cosas salen bien, todo fenomenal, pero cuando no, esto se pone muy maluco porque todo el mundo empieza a pedir explicaciones", dice entonces Luis Enrique a Sito.

Quique o Alan, como se refiere a él Sito en sus conversaciones dentro del coche con terceras personas, tiene un hermano en Colombia y se teme lo peor. Pasados veinte días, el 19 de diciembre, las explicaciones de Holanda siguen sin llegar y la situación se pone más tensa. Así se lo traslada Alan a Sito a través de mensajes que su novia, Leonor, le lee en el coche.

"Hay que poner un abogado cuanto antes, esto va a traer un gran problema", le dice Luis Enrique a Sito, que le responde, también por mensaje: "Voy a darle el nombre de un abogado, voy a hablar con éste que tiene un abogado allí en Holanda" y "Tranquilo que tendremos todos los datos, los sellos, lo que se cogió, tendremos todo, solo se necesita un poco de tiempo".

Venían solo con ganas de intimidar, de buscar problemas donde no los había; cuando vieron que la verdad es una, tuvo que echar para atrás

La tranquilidad que intenta transmitirle por escrito se esfuma cuando, acto seguido, comenta el tema con Leonor. "¿Tú eres consciente de que después de cuarenta días y no haber dado ni un papel, eso no es lo normal?", le pregunta ella, y Sito le responde que se da perfecta cuenta. Es más, añade: "No sabes la dimensión, tú no sabes la dimensión, nadie sabe la dimensión, nadie. ¿Tú sabes que le pueden pegar un tiro al hermano de Quique y a la madre? ¿Tú sabes que los pueden matar?".

Cuatro días después, el tema sigue sin aclararse. "El tío dice (...) que eso es una mentira y que ahí no cayó nada. Sinceramente, yo creo que sí, lo de Holanda cayó, de hecho, bueno, yo perdí mi parte. Y este hijo de puta ahora está apretando a Alan", explica Sito a otro de sus colaboradores, José Manuel Ferradas.

El 5 de enero, en otra conversación grabada en un segundo vehículo, un Peugeot 308, entre Luis Enrique y otro miembro de la red, Francisco Valle Parraga, el primero le cuenta una reunión que había tenido con Kit y con el hijo de un narco colombiano para hablar del alijo.

En ese encuentro, relata, Kit reprodujo un vídeo en el que un policía cuenta que se incautaron de 616 kilos de droga, pero el "chaval" colombiano, que está en todo momento hablando con su padre por "encromail" (mail encriptado), insiste en que la droga no tiene las marcas que la identifican como suya.

El joven le enseña entonces el móvil y le dice: "Mira el mensaje que me le mandado a mi padre". Luis Enrique se niega a leerlo y el "chaval" insiste: "No lo vas a leer pero yo te lo voy a decir: que no vayas a Ecuador porque te van a matar". "Bueno, ya está, le dije yo al chaval, me matarán en Ecuador, en Colombia o en cualquier sitio", relata Luis Enrique, porque "los de Ecuador estaban convencidos, igual que él, de que esto era un robo de Kit".

Finalmente, el hijo del narco se cree las explicaciones y pide a Kit que le de la tablet donde habían visionado los vídeos para destruirla. "El chaval se la quedó, de película de cine. Venían solo con ganas de intimidar, de buscar problemas donde no los había, cuando vieron que la verdad es una, tuvo que echar para atrás". 

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