Entre rumores de posibles fraudes o burbujas, de predicciones que ponen su límite en el cielo y otras que recomiendan calma, el Bitcoin sigue a lo suyo: enfrascado en una auténtica montaña rusa, con su valor saltando de descensos del 10% a ascensos de casi el doble, con una volatilidad extrema y con una apreciación en el total del año que superó el 1.000%. Casi nada.
Pero por si eso no fuera poco, el 2017 del Bitcoin también nos ha dejado dos ‘fork’ dentro de la criptodivisa reina en los mercados mundiales, y con ella la creación de nuevas criptodivisas que también se han visto envueltas en el rally de precios del que parece no separarse el Bitcoin. Así, por ejemplo, el bitcoin cash, una criptodivisa que parecía destinada al fracaso en sus primeros días, ha disparado su valor durante el último mes y ya se sitúa muy por encima de la barrera de los 1.000 dólares por unidad de bitcoin cash.
Y por si fuera poco, en medio de toda esta locura, el bitcoin de toda la vida sigue marcando récords de valor, con una nueva semana en la que ha tocado techo antes de desplomarse notablemente, también otra vez. La criptodivisa por excelencia se ha convertido no ya solo en la sensación de los mercados financieros, sino de muchas otras personas hasta hace poco alejado de todo lo que tuviese que ver con la inversión y el dinero.
Así pues, en medio de esta vorágine colectiva con el Bitcoin, lo cierto es que merece la pena echar la vista atrás e intentar descifrar quién o quiénes son los creadores de este fenómeno. Un concepto, ya, que parece marcar el comienzo de una nueva era, aunque todavía nadie sepa aclarar si estamos ante una burbuja o ante un producto real de la nueva era económica.
¿Nakamoto? ¿Finney? ¿Wright? ¿Szabo?
Lo que ya es toda una leyenda acerca del nacimiento del Bitcoin cuenta lo siguiente: en 2008, un tal Satoshi Nakamoto publica un artículo en el que describe un sistema P2P de pagos digitales, una criptodivisa. En 2009, este mismo hombre lanza el software conocido como Bitcoin junto con las monedas. Según parece, en 2010 abandona el barco y cede el testigo y las riendas del Bitcoin a otras personas. Y de él poco más se sabe, salvo el hecho de que cuenta, aproximadamente, con un millón de bitcoins (lo que, al cambio actual, vienen a ser unos 10 billones de dólares).
A partir de aquí, poco más se sabe. Ni siquiera nadie pudo afirmar con una seguridad total que Satoshi Nakamoto se trataba de una persona o de dos o de más. Tan solo se da por echo que este nombre era un seudónimo bajo el que se ocultaba el creador o los creadores de la criptodivisa por excelencia en el mundo.
Especulaciones no faltaron, e incluso los medios de prestigio llegaron a asegurar que ciertas personas eran, en realidad, Satoshi Nakamoto. Pero estas teorías siempre acabaron por derrumbarse y todos los nombres que salieron a la palestra, puestos por investigaciones de medios de mucho renombre —The New Yorker señaló al sociólogo finlandés Vili Lehdonvirta y el estudiante irlandés Michael Claro, Newsweek a Dorian Nakamoto, Forbes a Hall Finney—, acabaron por derrumbarse. Y la mística sobre el creador de uno de los fenómenos más importantes del siglo XXI, del elemento que todavía nadie sabe si se trata de una burbuja sin peso alguno y que puede estallar en cualquier momento o, por el contrario, de la moneda del futuro, sigue totalmente en auge.
¿Quién es Satoshi Nakamoto? ¿Por qué decidió quitarse de en medio como lo hizo? Lo único claro es que la persona o grupo de personas tras este seudónimo se han convertido, en cuestión de pocos años, en una referencia del nuevo mundo del siglo XXI. Quizás algún día se sabrá la verdad sobre Satoshi Nakamoto, pero lo único que tenemos claro es que, mientras, el Bitcoin sigue a lo suyo. El año pasado por estas fechas el precio de la criptodivisa no llegaba a los 1.000 dólares. El pasado viernes 8 de diciembre su valor tocó un máximo histórico de 17.160 dólares por unidad. Aunque no sepan quién es exactamente, más de uno ya le está muy agradecido al bueno (o buenos) de Satoshi Nakamoto.
