Cada vez son más los estados soberanos que impulsan leyes dedicadas a regular el mercado del juego en línea. Que la industria del juego ha encontrado su sitio en la virtualización de sus modalidades presenciales es tan cierto como que los usuarios cada vez confían y demandan más espacios en línea para el ejercicio de sus actividades de juego.
Ante este escenario caben varias estrategias. Algunos países optan por ilegalizar el juego ante la complejidad que resulta regularlo, otros añaden parches a legislaciones casi centenarias para adaptarse a los cambios y luego está la cada vez más larga lista de países que deciden crear una nueva legislación desde cero únicamente centrada en el juego en línea. Todas ellas son legítimas y, de hecho, muchos estados pasan por todas ellas hasta dar con su modelo predilecto, sin embargo, empieza a estar demostrado que cuanto más específica sea la regulación, mayores son los beneficios tanto para el estado como para operadores y jugadores.
Alemania ha sabido entender bien esto. El 1 de enero de 2020 ya inició su régimen regulatorio sobre las apuestas deportivas. Se trata de un proceso experimental que pretende alargarse hasta el 30 de junio de 2021. Sin duda una estrategia prudente basada en el ensayo y error que parece estar cumpliendo con las expectativas del país germánico. Y es que los 16 estados de esta federación han admitido a trámite la aprobación de una nueva legislación que regule también los juegos de azar y el póker en línea. Aún tiene que ser ratificada por los 16 gobiernos de los estados alemanes y pasar por el filtro de la Comisión Europea, pero si todo sale como es debido, entraría en vigor el 1 de julio de 2021 con el estado de Sacshen-Anhalt como sede del nuevo organismo regulador creado para la ocasión.
¿Y qué pasa con España?
Aunque España siempre mira a Alemania como ejemplo a seguir en numerosos aspectos políticos y sociales, en este asunto concreto España lleva años de ventaja. Los casinos online en España están regulados bajo la Ley de Regulación del Juego aprobada en 2011. El Tribunal del Justicia de la Unión Europea lleva más de una década advirtiendo de la necesidad de que los estados miembros actualicen y/o creen nuevos marcos regulatorios adaptados a la realidad de una industria que ha cambiado brutalmente debido a la globalización y el avance de las nuevas tecnologías.
España hizo caso y dotó su nueva legislación de 2011 de un organismo competente para la regulación de los juegos de azar en España tanto presenciales como en línea. Desde entonces existe la Dirección General de Ordenación del Juego, ahora bajo la jurisdicción del Ministerio del Consumo. Entre sus funciones se encuentran la expedición, revocación y limitación de operadores de juego y licencias, así como la elaboración de informes detallados sobre el consumo de los juegos de azar y el perfil de los distintos jugadores. Su principal reto es, sin embargo, asegurarse de que los operadores licenciados garanticen el juego seguro y fomentar el juego responsable a través de campañas de concienciación y la aplicación de medidas restrictivas.
