Normas básicas para corredores con las que rendir al máximo

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La carrera es una de las disciplinas deportivas que más adeptos ha atraído en los últimos años. Correr es un ejercicio completo que ayuda a conseguir un estado de forma óptimo y que se puede realizar en cualquier lugar y a cualquier hora. Lo único que necesitas para practicarlo es un buen equipamiento y una buena dosis de motivación. Si eres un corredor principiante hay algunas normas básicas que te pueden ayudar en los primeros pasos para no tirar la toalla y superarte a ti mismo. 

Normas básicas para un corredor

En primer lugar debes saber que correr tienen muchos beneficios para nuestra salud pero es importante que seas constante. En primer lugar, fortalece los músculos del corazón. El deporte alarga la vida y, en parte, es gracias a tener un corazón fuerte. Además, refuerza los huesos y previene enfermedades como la osteoporosis. Correr reduce los niveles de colesterol y de azúcar en sangre y, además, nos ayuda a bajar de peso estimulando la quema de grasa y potenciando nuestra energía. Eso sí, para practicar este deporte en condiciones es clave seguir unas recomendaciones básicas: 

Hazte con el equipamiento adecuado. Especialmente es fundamental que protejas tus pies. El impacto de la actividad puede producir lesiones, sobre todo, si no se controla la técnica, por lo que necesitarás unas buenas zapatillas para correr. Serán tus mejores aliadas. Entre los requisitos que debes exigir a unas zapatillas son la amortiguación, un ajuste perfecto al pie y unos materiales de calidad que garanticen su durabilidad. Además de las zapatillas, utiliza ropa transpirable, que expulse el sudor hacia fuera. Si sales a correr a las horas del día de mayor incidencia de sol, cúbrete la cabeza con una gorra. 

Trabaja la técnica. Lanzarte a correr es un paso importante en tu vida pero vigila bien la técnica para que la carrera sea efectiva y, sobre todo, para evitar lesiones. En términos generales, una postura correcta al correr pasa por tener el cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante, los hombros y el cuello relajados y la cabeza mirando al frente. En cuanto a las rodillas, no deberían flexionarse más de 30º y lo correcto es apoyar la planta entera del pie en cada zancada. Acompaña el movimiento con el balanceo de los brazos, manteniendo los codos flexionados. 

Alíate con las nuevas tecnologías. Desde hace varios años el uso de wearables es tendencia en el mundo del deporte. Se trata de dispositivos que podemos llevar a modo de complementos y que nos ayudan a hacer un seguimiento de nuestro esfuerzo y de nuestros avances. Entre los dispositivos más utilizados están los relojes. Con ellos puedes monitorear tu progreso siguiendo métricas como la frecuencia cardíaca o la distancia recorrida gracias a la ubicación GPS. Son especialmente útiles si necesitas una motivación extra para arrancar ya que te animan a marcarte retos e ir superándolos. En el Último Triatleta te puedes encontrar una comparativa de relojes a buen precio

Busca resultados diferentes con entrenamientos diferentes. El cuerpo acaba acostumbrándose a una rutina deportiva que se repite con los mismos parámetros. Es importante que vayas marcándote nuevas metas que pasan por ir combinando la intensidad de los entrenamientos, buscar superficies diferentes y correr por rutas alternativas. Es interesante que vayas aumentando poco a poco la distancia de la carrera. Si quieres realizar variaciones en tus entrenamientos aplica diferentes cambios de ritmos con los fartlek. Con este sistema realizas distintos ejercicios a intervalos y alternas el esfuerzo. 

El descanso es tan importante como el entrenamiento. Probablemente te sientas orgulloso de sentirte tan motivado con tu rutina deportiva y querer hacer deporte todos los días. Pero quizá no sepas que el sobreentrenamiento puede tener consecuencias nefastas para tu organismo. Los músculos también necesitan descansar. Es precisamente descansando cuando crecen y se refuerzan. A la hora de planificar tus entrenamientos planifica también tus momentos de reposo. 

El organismo necesita volver a su estado de equilibrio tras haber sido sometido a un esfuerzo intenso. En este sentido, dormir bien es fundamental ya que el cuerpo aprovecha para reparar tejidos, llenarnos de nuevo de energía y restablecer el equilibrio hormonal. En el mundo del deporte existe un término conocido como descanso activo: estableceremos algunos días  a la semana en los que llevamos a cabo actividades más pausadas que requieran menor intensidad. 

La alimentación, el otro pilar imprescindible. Llevar una dieta saludable, variada y equilibrada es la tercera pata en el triángulo de la salud, junto a ejercitarse y descansar. En el caso de los deportistas, la alimentación debe permitirles dar lo mejor de sí y rendir al máximo en los entrenamientos. Lo más recomendable es que consultes con un profesional las cantidades de carbohidratos, grasas y proteínas que debe tener tu dieta. Y, sobre todo, recuerda que una buena hidratación es fundamental para un deportista.
 

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