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De Roncesvalles a Compostela (VIII)

Cruceiro de Sto. Toribio. Al fondo Astorga. J.L.
photo_camera Cruceiro de Sto. Toribio. Al fondo Astorga. J.L.

15. De León a San Martín del Camino 26,15km.

     Junio 2021. Domingo 6

    A las 7:00 me sitúo de nuevo en la Plaza de la Regla para continuar desde la catedral el trayecto oficial del Camino hasta la plaza de la Real Colegiata Basílica de San Isidoro, capilla sixtina del románico peninsular; continúo por la plaza de San Marcos a orillas del río Bernesga, con la iglesia y convento del siglo XII reconstruido en el siglo XVI, dotado de una impresionante fachada plateresca, sede del Museo de León. El convento está reconvertido en Parador de cinco estrellas. Cruzo el río por el puente de San Marcos de origen romano y me despido con una mirada al restaurante Salamanca, allí enfrente, y prosigo por la N-120  en un tedioso tramo urbano de 5km cuesta arriba entre polígonos industriales acompañado por varios peregrinos hasta Trobajo del Camino, y ya en el centro, un fuerte olor a churrería nos guía al lugar del desayuno, El Capricho, en el que la mayoría del grupo nos despachamos un buen chocolate con churros. Vamos saliendo del bar a medida que terminamos de desayunar, pues lo del grupo es mera coincidencia ya que por lo que aprecio no hay ninguna interdependencia entre los caminantes con la excepción de una pareja. Paso por Virgen del Camino con su Santuario de estilo arquitectónico racionalista y a partir de aquí mucha carretera, zona industrial, nudos viales, autopista, túneles, toda una conquista al trazado original del Camino que ya no existe. Pasada la Fuente del Cañín, informada con una escultura al peregrino, se anuncian dos rutas oficiales: La de la derecha, más hostelera, que conduce a San Martín del Camino y la de la izquierda a  Villar de Mazarife, más rural y agrícola. Hay una verdadera contienda hostil entre los defensores de uno y otro tramo que se plasma en desafiantes carteles, anuncios y señales para disuadir a los peregrinos a que opten por su respectivo itinerario. Como ya traigo planificada la etapa enfilo el camino de la derecha paralelo a la N-120 y entro en el páramo, 14km de terreno llano y desapacible donde abundan las cigüeñas blancas que veo comer en los campos roturados y en algunas charcas; de aquí en adelante no dejaré de verlas hasta pasar el Bierzo. A las parejas no les une la fidelidad sino su nido al que acuden regularmente cada año. Están criando y mi presencia en las inmediaciones de su nido en una pequeña torreta eléctrica es recibida con una sonora salutación de su crotoreo. A las 11:50 paro en Villadangos del Páramo a tomar un refrigerio sin la presencia de otros caminantes. A las 12:50 entro en San Martín del Camino con su particular depósito de agua a la entrada del pueblo que vengo avistando desde 3,5km antes y me hospedo en el Albergue  Santa Ana, algo descuidado, atendido por Ana y Esteban, amables y atentos. Me doy una ducha y ya no dependo de ningún apósito ni venda para los pies, solo masajearlos con una crema hidratante. Almuerzo en el albergue con doce peregrinos más y me voy a mi habitación a descansar. Son las 18:00 y  hace calor. Me siento en el jardín y encuentro al suizo Michel tomando una cerveza. Nos alegramos de volver a vernos y a las 19:00 participamos con los  demás peregrinos en la cena comunitaria. Acabada ésta charlamos en la terraza instalada en el jardín de nuestras experiencias de los últimos días. En León se había alojado en el Hostal San Marcos para alterar la rutina del albergue y quedó impresionado con su claustro, pero reconoció que el albergue era mucho más enriquecedor. Nos confesamos recíprocamente nuestras ocupaciones antes de jubilarnos y me reveló que fue diplomático en el cuerpo consular y que hablaba cinco idiomas. Charlamos de las relaciones humanas tras presenciar un altercado en la calle entre un peregrino y un paisano del pueblo comprobando que algunos se ilustran con su engreída idiotez.
 

    Creemos que la experiencia personal de cada uno nos hace dueños de la exclusividad de nuestros pasos pero que hay momentos que exigen la necesidad de alternarlos con la compañía, incrementando las posibilidades de fortalecer lazos sin menospreciar los beneficios de estar solo sin sentir soledad. En cualquier caso es fundamental encontrar un equilibrio entre ambos momentos.
 

Me voy a dormir sin filosofías.
 

 16. De San Martín del Camino a Astorga 24,5km.

 Junio 2021. Lunes 7

         A las 6:15 salgo de San Martín por la N-120 hasta cruzar el Canal del Páramo y a partir de aquí el camino de gravilla transcurre en su totalidad paralelo a la carretera nacional. Extensas plantaciones de maíz y trigo regadas por  infinidad de canales y acequias me acompañan en todo el trayecto a la sombra, a veces, de algún joven plátano y de las inseparables parejas de cigüeñas instaladas en las torretas eléctricas. A las 8:00 cruzo el río Órbigo que separa los pueblos de Puente y Hospital a través del Puente del Passo Honroso, del siglo XIII, con 21 arcadas, sobre el que se celebró un hecho de armas suscitado por el caballero don Suero de Quiñones en honor de su dama en 1434, quien se posicionó en el puente desafiando a todo aquél que pasara por él con la intención de mantener el paso hasta que rompiese 300 lanzas de sus adversarios. Desayuno en Hospital de Órbigo (km 7,64). Calienta el sol y hay que hidratarse con frecuencia. El camino está asfaltado en su mayor parte y un repecho de unos dos km me lleva al crucero de Santo Toribio (915m de altitud) mirador de Astorga y de los Montes de León donde se aprecia la cumbre del Teleno de 2.188m con algún nevero. Cuenta la Historia que Santo Toribio, obispo de Astorga, huyó de su sede episcopal después de estar encarcelado a causa del desacuerdo con su pueblo y el clero, mayoritariamente partidarios de la doctrina de Prisciliano, venerado como un mártir hasta el siglo VI. (Unamuno escribió que no había católico que no supiese que en la catedral de Compostela está enterrado Prisciliano y no el Apóstol. Pero eso es otro debate). Tras la bajada empedrada que desemboca en la Fuente del Peregrino Sediento llego a San Justo de la Vega, cruzo el río Tuerto y después de 2 km en línea recta entro en Astorga a través de un tinglado aparatoso de pasarelas metálicas, vallas y otras estructuras horripilantes para salvar la vía férrea, por donde los peregrinos y demás caminantes hemos de recorrer 400m aéreos con cuatro virajes para poder posicionarnos en el otro lado de la vía.
 

    A las 11:30 me alojo en el Albergue de Las Siervas de Maríaregido por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago. Se anuncia como albergue público y con un precio tasado en su publicidad. La persona que me recibió fue desconsiderada, indolente y brusca; me cambió de habitación en una ocasión, cuando intentó hacerlo de nuevo me incomodé y no lo permití respetuosamente. A mi juicio demasiado caro y en contradicción con la información proporcionada, tanto en el precio como en lo que proclama en su distintivoestablecido con la firme vocación de atender a los peregrinos”.
 

    A las 13:00 estoy en la plaza de España, en el centro de Astorga, la Asturica Augusta romana. Capital de la comarca de la Maragatería, comunidad con una cultura y folclore endogámico, guarda toda su esencia en los pueblos que la forman. Surgió por el carácter arriero y errante de los maragatos, excelentes comerciantes y mercaderes y fue consolidada con fueros reales en el siglo XVI. Controlaba la ruta comercial que unía Galicia desde Betanzos hasta Madrid, llevando pescado y salazones y trayendo textiles y vino. Me detengo en los soportales del Café Pasaje a tomar una cerveza y ver pasar a la gente. Poco después almuerzo cecina y unos macarrones con carne, hidratos de carbono necesarios para aportar energía. Después de un descanso en el albergue doy un paseo por la ciudad que conozco ampliamente, que encierra uno de los conjuntos históricos más atrayentes del Camino. En cuanto a la gastronomía el plato estrella es el cocido maragato, pero en este tiempo lo evito por el calor, y el templo donde lo adoro es el mítico Restaurante La Peseta en el que también preparan   el bacalao al ajoarriero. Son recomendables sus múltiples confiterías para degustar las mejores mantecadas y hojaldres y además sus chocolates artesanos de antigua tradición, con su propio museo.
 

    A las 19:30 me siento en una de las terrazas de la Plaza de España frente al Ayuntamiento y coincido de nuevo con Michel quien se hospeda en otro albergue. Le comento el incidente que tuve en el mío, provocado por el cambio de habitación cuando ya estaba instalado y desplegadas todas mis pertenencias, y en un momento estábamos enfrascados en el examen, análisis y crítica del Camino por nuestra propia experiencia en las etapas precedentes. Nos queda de manifiesto que, al contrario que en los hoteles, en los albergues no existen reclamaciones, en todo caso comentarios buenos o negativos en Google; el peregrino viene a sufrir, a mortificar sus pies, dormir en catres, aguantar ronquidos; soportar contratiempos y dificultades, padecer desaires. Nadie protesta. Es el precio del Camino en el que van incluidos todos estos extras y que de antemano se publicitan para dar más realismo a la ruta, ofrecidos a unos como aventura y a otros como mortificación por sus pecados.
 

    Consideré no ir a cenar y tomar un poco de fruta pero al confesarme Michel que mi presencia le abría el apetito decidimos ir al restaurante Serrano y personados ante un ribera Emilio Moro 2019, comenzamos por unos garbanzos de pico pardal con pulpo, seguidos de unas mollejas de cordero lechal y coronado todo ello con un semifrío de chocolate blanco con frambuesa.
 

    Feliz lunes Michel. Buen Camino hasta el martes!
 

   Continuará…

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