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Lógica, técnica y política

El Ave puro tendría que llegar a Santiago y no acabar en Ourense, por mucho que a una parte de Galicia le cueste digerirlo

FUE ESTA UNA SEMANA en la que habló el Boe, como le encanta decir al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna. Hubo anuncios que permiten avanzar en la línea de alta velocidad ferroviaria entre Madrid y Galicia de cara a cumplir ese apretado plazo de 2019, como la aprobación del trazado entre Taboadela y Seixalbo o la expropiación de terrenos para hacer la base de montaje de Vilavella (A Mezquita).

Aunque se trata de impulsos fundamentales para conectar Galicia y la Meseta y, sobre todo, para evitar el naufragio político que supondría el enésimo incumplimiento de plazos, lo cierto es que ahora que las complejas obras en el macizo ourensano están encarriladas y marchan a buen ritmo, es hora de abordar las conexiones de la Galicia interior. Y de ellas, la primera que tocaría repensar es la central, la que comunica Ourense con Santiago.

Tal y como están planteadas ahora mismo las cosas en los despachos de Fomento, Adif y Renfe, el Ave puro terminará su aventura galaica en el final de vía que marcarán las nuevas toperas de la estación de Ourense. Entonces, ese convoy capaz de cruzar Castilla a 300 por hora tendrá dos opciones: o parar en la ciudad de As Burgas y que los viajeros cambien de tren; o bien seguir en el mismo una vez pase por el cambiador de ancho para enfilar los 85 kilómetros que le faltan hasta la capital gallega. Eso sí, pasará a rodar en condiciones diferentes —más lento— sobre el ancho ibérico y no sobre el internacional (UIC) del Ave.

El problema, no obsante, tiene solución, aunque esta debe abordarse desde tres perspectivas: la lógica, la técnica y la política.

→ Adentrarse en Galicia

La lógica nos dice que Santiago es la capital de Galicia y su motor turístico y, con el Xacobeo 2021 a la vuelta de la esquina, lo óptimo sería estirar el Ave genuino hasta esta ciudad, lo que en ningún caso significa desatender el resto del mapa ferroviario interno. Si lo que se quiere es convertir el Año Santo en el mejor de la historia, como suele repetir Alberto Núñez Feijóo, el Ave jugará un papel fundamental. Y la posibilidad de tener un servicio directo sobre ancho UIC Santiago-Madrid en poco más de tres horas en el horizonte de 2021 contribuye a ello. El presidente de la Xunta tiene mucha fe en el sector turístico en general y en el Ave en particular, quizás cansado de lidiar con los localismos que han conducido al fracaso de la política aeroportuaria gallega.

→ Una operación muy sencilla

Desde un punto de vista técnico estirar el Ave puro hasta Santiago resultaría incluso sencillo, si se compara con toda la complejidad que requiere un proyecto de alta velocidad. Los 85 kilómetros de trazado tienen doble vía, por lo que algunos expertos apuntan a la posibilidad de habilitar una de ellas en ancho internacional (UIC), quedando la otra en el ancho ibérico. Una operación mecánica muy simple que podría estar lista "en un mes", ya que la plataforma, las traviesas y la vía sirven: hay que levantar los dos raíles, aflojar las sujecciones y situarlos en el nuevo ancho; es decir, estrechar la vía para el paso del Ave. Como la obra se hizo con traviesas polivalentes pensando ya en esta posibilidad futura, la operación es todavía más simple. A mayores, en la mitad del camino está la plataforma de la estación de Lalín —situada en Botos—, que sería el lugar ideal para favorecer el cruce o el adelantamiento de dos trenes.

→ Reproducir los localismos

El principal problema de esta propuesta no es de dinero ni de plazos sino de altura de miras política, en un país que corre el riesgo de reproducir con el tren los mismos localismos nocivos que condenaron al avión. Para empezar, Vigo jamás tolerará un Ave que dé la vuelta por Santiago aunque tarde menos que por la vieja vía directa desde Ourense, y con Abel Caballero en escena tampoco aceptará reforzar el papel de capitalidad de Compostela, salvo que se le ofrezca a cambio agilizar la variante sur de su ciudad, una obra complejísima. En Ourense tampoco ven muy bien perder ese papel ya asumido de ser la estación central del Ave gallego. En A Coruña y Ferrol todavía viajan hoy en trenes diésel. Y hasta en Lugo, donde nadie suele levantar la voz pese a que las zarzas se comen la estación y las vías, quieren también gozar del Ave puro. Por dignidad.

Dentro de en marea las buenas noticias suelen durar más bien poco

Imagen para el blog de Martín G Piñeiro (13/05/18)

EN MAREA pierde a día de hoy casi la mitad del apoyo directo, aunque mantiene la estimación de voto, y su electorado es el menos fiel de todos. Este es el resumen del Barómetro del CIS de abril con respecto al rupturismo. Hay que matizar que, además de la conocida cocina de datos del CIS, la valoración se refiere a la coalición que opera en el Congreso y no al partido instrumental gallego, que precisamente esta semana recuperó cierta normalidad con la incorporación de Julia Torregrosa al grupo parlamentario. Casi al mismo tiempo que la pontevedresa prometía su cargo, el CIS hundía sus siglas, lo que confirma que en este partido las alegrías duran más bien poco. Por mucho que ella ría en la foto.

Rueda sale reforzado de la huelga judicial

RESISTE Y VENCERÁS, reza el dicho que Mariano Rajoy ha convertido en su manual básico de supervivencia política. Lo aplicó también el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, durante estos tres meses que duró la huelga de la Justicia. Cierto que el número dos de la Xunta midió mal el empuje sindical al principio y después también se equivocó cuando reapareció para escenificar ese preacuerdo que nunca llegó a firmarse. Sin embargo, su postura firme, que la oposición y los sindicatos calificaron como inflexible e incluso ofensiva, acabó por dar sus frutos: la Xunta doblegó al comité de huelga por puro agotamiento y desgaste, la estrategia que Rueda marcó desde el principio. No es una cuestión de vencedores ni vencidos, porque aquí los únicos derrotados son los miles de ciudadanos que se vieron privados durante 90 días de un derecho fundamental, pero hay que reconocer que Rueda salió reforzado de esta crisis y que, para la sociedad, fue la imagen de los sindicatos y la de algunos funcionarios la que volvió a quedar tocada.

PSOE de A Coruña, la punta del iceberg

EL LÍDER DEL PSDEG, Gonzalo Caballero, no debe interpretar la crisis abierta en la agrupación local del PSOE de A Coruña, con la dimisión de nueve miembros de la ejecutiva, como un ataque de los críticos contra él, sino que responde a dinámicas que vienen de más atrás, como ocurrió con el caso de Martínez en Lugo. Pero eso no significa que no deba preocuparle. Al contrario. El caso coruñés es la punta del mayor iceberg que tiene que sortear el socialismo gallego en su nueva etapa si no quiere naufragar a nivel electoral: el de la dramática situación que atraviesa en las tres capitales de esa provincia. En Ferrol saltaron chispas con Sestayo y en A Coruña el lío se montó esta semana, así que el conflicto en Santiago es cuestión de tiempo. Porque no hay que olvidar que detrás de todo siempre está el intento de colocar candidatos de cara a 2019. En A Coruña conviven tres familias: la mayoritaria de Mar Barcón, la minoritaria ligada a Caballero y una emergente de Valentín González Formoso. Y ninguno quiere quedar fuera de la foto.

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