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Presupuestos, algo más que números

Gonzalo Caballero y Ana Pontón
photo_camera Gonzalo Caballero y Ana Pontón

Los presupuestos son algo más que números, planificación y previsión, aunque esa sea su verdadera esencia. Son también un arma política de primer nivel.

De hecho, en ocasiones da la sensación de que se trata de una herramienta administrativa sobrevalorada, porque por ejemplo pueden aprobarse y no ejecutarse. O incluso no aprobarlos y prorrogar los anteriores, como lleva haciendo España desde 2018 o como hizo el Concello de Ourense durante todo un mandato. Cosa distinta es que unas cuentas pensadas para un momento de expansión económica sean las idóneas para afrontar una crisis como la que tenemos encima.

Pero mucho más atractiva que cuadrar números en un Excel resulta la vertiente política de los presupuestos. Por ejemplo, la entrada de los PGE esta semana en el Congreso ofrece muchas pistas sobre el camino que va a tomar la legislatura en Galicia. Así, del actual presupuesto se puede concluir que a nivel cualitativo sí beneficia a Galicia mientras que a nivel cuantitativo la discrimina.

Y ante esta realidad, el PPdeG se aferrará a esa segunda vertiente de los PGE para convertirlos en un nuevo ariete de la Xunta contra el Ejecutivo central. Es una estrategia política tan manoseada como efectiva. Rescatar el espíritu de la aldraxe.

En el BNG también se puede adivinar por dónde irá la cosa.Los nacionalistas no están tan atados a Moncloa como el PSdeG, así que pueden permitirse palo y zanahoria con el Gobierno central, ilustrada a la perfección con la enmienda a la totalidad de las cuentas defendida esta semana por Néstor Rego y con el sí final que dará el Bloque a los PGE, forzado por las propias circunstancias ya que difícilmente se aventurará a votar en el mismo sentido que el PP o Vox. En todo caso, el BNG puede jugar toda la legislatura a apretar o acariciar al Ejecutivo de Sánchez e Iglesias a conveniencia, lo que representa una ventaja importante.

Ventaja que no tiene Gonzalo Caballero desde que decidió convertir al PSdeG en una sucusal de Ferraz. Le funcionó muy bien en las generales y le falló estrepitosamente en las autonómicas. Ayer le dio un palo al Bloque, pero no será atacando a su socio y rival a la vez como le recorte terreno electoral. Para eso le sería mucho mejor darle el palo a Sánchez por los PGE, porque marcaría perfil propio y terreno. Un terreno que, como se comprobó esta semana en A Coruña, empieza a movérsele bajo los pies.

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