Blogue

La etapa perdida

Se habían perdido aunque todavía no lo sabían. Caminaban charlando, sin prestar mucha atención a lo que estaban haciendo. Habían programado un fin de semana de escapada, como tres buenas amigas que llevaban demasiados años viéndose para tomar un café o una copa pero sin las aventuras juveniles que había vivido tiempo atrás. Eso era lo que buscaban, hacer algo diferente y en ello estaban. Echaron a andar y al momento empezaron de palique recordando viejos tiempos, hablando bien y mal de viejos conocidos, contando chistes, metiéndose unas con otras y caminando, sin notar el cansancio ni el paso de las horas.

historias del camino
Historias del Camino. DP

De pronto, una de ellas se detuvo y paró a las otras dos.

-¿Dónde estamos? -preguntó.

-¿Qué más da?

-Creo que vamos bien de tiempo. Hemos caminado a buen ritmo -dijo la tercera.

-No, no es eso. ¿Dónde están todos los peregrinos? Cuando salimos había un montón y ahora estamos solas. Y vamos por una senda tan estrecha que tenemos que caminar en fila india. Creo que esto no es el Camiño. Estábamos tan distraídas que en algún cruce nos equivocamos y nos metimos sabe Dios dónde.

-¡Bah, no seas parva! -dijo una sacando el móvil-. Pues no hay cobertura, no. Iba a poner el navegador. ¿Y si damos vuelta?

-Aún vamos a perdernos más. A saber cuántos cruces hemos pasado. Espera, que tengo un mapa. Mujer precavida soy -desplegó un enorme mapa y buscó el punto de salida-. A ver, estábamos aquí -señaló un punto-. En Caldas de Reis.

-¡Qué maravilla de mapa! -exclamó una de las amigas-. ¡Ahora ya sabemos de dónde salimos! Pregúntale al mapa dónde estamos, anda, a ver qué te dice.

-Pues a saber. Lo mismo estamos en un coto de caza y vienen unos cazadores, nos confunden con un jabalí y nos matan.

-¿Hay jabalíes? Son peligrosos, sobre todo si van con sus crías. Una acometida de un jabalí perfectamente puede matar a una persona. Prefiero a un cazador, casi.

-También puede haber lobos.

-¿Pero te quieres callar de una vez, cabrona? A ver, si hay un sendero es porque hay gente que pasa por aquí. A algún lugar nos llevará. Vamos a seguir caminando y vamos a fijarnos a ver si vemos alguna de esas flechas amarillas, o nos encontramos con alguien y preguntamos.

-Seguro que también hay osos. He leído que cada vez hay más.

Se detuvieron en seco al escuchar a los lejos un sonido atronador.

-Eso fue un disparo. Ya están aquí los cazadores. Vamos a morir.

-¿Qué disparo ni qué disparo? Eso fue un petardo -al primer ruido siguieron varias docenas más-. ¿Veis? Son petardos. Y ahora gaitas, escuchad, escuchad. O hay una fiesta por aquí, no muy lejos, o estamos a punto de enfrentarnos a un grupo de cazadores gaiteiros. Vamos avanzando hasta el ruido, malo será.

Cuando al fin llegaron a la fiesta, tras otra hora de camino, los vecinos, no llegaban al centenar, las miraron extrañados, preguntándose qué hacía ahí tres peregrinas y sobre todo, por qué venían por ese sendero. Unos se acercaron a saludar y se ocuparon de integrarlas buscándoles asiento bajo la carpa. Era la XXIV Festa da carne o caldeiro, les explicaron y al minuto les pusieron un plato a cada una y unas cuncas de vino.

Ellas contaron atropelladamente y entre risas su aventura. Se habían perdido y llevaban horas caminando. Se corrió la voz y alrededor de ellas se formó un grupo que escuchaba todo aquello entre curiosidad y risas. Nadie se perdía en el Camiño, y si algún día eso ha ocurrido, les dijeron, no fue en ese tramo. Es imposible perderse.

-Bah, habremos hecho la etapa entera con todo lo que caminamos, cantidad de horas. ¿Estamos muy lejos de Padrón? -¿De Padrón? Pues para ir caminando sí. ¿Pero de dónde habéis salido?

-De Caldas de Reis -se sorprendieron al escuchar la carcajada comunal-. ¿Qué pasa?

-Es que... -el que contestó no podía aguantar la risa-. Es que… ¿Veis esa carretera de ahí abajo? Pues seguís por ahí a la derecha y Caldas está a diez minutos caminando.

-¿Cómo? No, no, a ver tengo aquí el mapa -y volvió a desdoblarlo.

-Vale -explicó uno de los anfitriones señalando un punto que fue recorriendo con un dedo mientras hablaba-. Salisteis de Caldas hacia Padrón. En algún momento, debió ser aquí, o quizás aquí, tomasteis el camino equivocado, disteis media vuelta y rodeasteis todo este monte para llegar aquí. Sí, habréis hecho unos 25 kilómetros, una etapa entera para volver a Caldas.

-Bueno, pues aquí se está estupendamente. ¡Vamos, tías, a bailar, que estamos en una fiesta!

Comentarios