Opinión

Argucia trilera

NO DEJA de ser una argucia trilera, revestida de inmoralidad. Que el Gobierno haya explotado el uso obligado de las mascarillas, embolsando más de 45 millones de euros cada semana al aplicar el 21% del Iva, cuando en principio debería ser el diez, mediante el engaño de disimular la autorización europea que desde hace meses permite rebajar el impuesto, evidencia en qué manos estamos. Mintiendo para lacerar a personas con verdaderos aprietos para subsistir y a las que se obliga el uso del antifaz. Que se haya visto forzado a la rebaja, hasta el cuatro por ciento y con seis meses de retraso respecto a otros países (algunos anularon la carga), no redime el abuso. Viene a ser la prolongación del gran negocio de la pandemia, empezando por los laboratorios que gestionarán las vacunas, pasando por geles, caretillas y otros aderezos. Y aun así, el nuevo precio máximo de las mascarillas aún multiplica por dieciocho su coste: de cuatro céntimos a setenta y dos. Las fábricas chinas venden las quirúrgicas a tres céntimos, que son cuatro con el transporte y los aranceles, perdiéndose la brutal diferencia entre mercaderes de la usura. Resulta vomitivo que se exprima con tanto descaro la situación en un escenario tan angustioso, para lucro de una ralea de explotadores.

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