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Reordenación urbana

El PPdeG podría afrontar un año electoral clave con tres de sus principales agrupaciones de ciudades dirigidas por gestoras
Beatriz Mato. AEP
photo_camera Beatriz Mato. AEP

LA SALIDA de la exconselleira Beatriz Mato de la política obliga al Partido Popular a acometer una reorganización importante en la ciudad de A Coruña, donde la marca pierde a la que fue su principal referencia del último año. No es ninguna operación de alto calado político, pero tampoco se trata de un relevo cualquiera. A Coruña es la segunda ciudad de Galicia. Además, existe un problema añadido: el contexto. La situación de interinidad en la que queda la agrupación herculina se reproduce en el PPdeG en Vigo y Santiago, con sendas gestoras encabezadas por Corina Porro y Borja Verea, respectivamente. Y todo ello a las puertas de un año electoral clave.

Aunque la decisión en A Coruña quedará pospuesta para la vuelta de las Navidades y no está claro si habrá o no gestora para pilotar la transición, lo cierto es que entrar en 2020 con tres de las principales plazas en situación de provisionalidad, y con una cuarta como Ourense pendiente de una reordenación profunda, es ofrecer una mala imagen para un partido acostumbrado a la solidez de sus equipos. Es la constatación de que el PPdeG sigue arrastrando algunos problemas en la Galicia urbana.

Cuatro líderes en cuatro años

Mato anunció que abandonaba toda responsabilidad política para recuperar su actividad privada en el campo de la ingeniería. Tras ganar las municipales de mayo pero no gobernar, la coruñesa llevó el partido en clave local y mantuvo un perfil institucional bajo tanto en el Concello como en el Parlamento. Se presupone que su salida está vinculada a algún tipo de oferta en el sector privado, suficientemente suculenta como para abandonar el escaño en O Hórreo.

Ahora, el PP coruñés tendrá que elegir a su cuarto líder en menos de cuatro años, tras Carlos Negreira, Rosa Gallego y la propia Mato. De momento, la carambola llevará al el exdirector de Augas de Galicia Roberto Rodríguez a asumir la portavocía del grupo municipal, mientras que en la parte orgánica lo hará el diputado Gonzalo Trenor, sea con una gestora o sin ella.

Sobre la figura que pueda convertirse en referente del partido cuanto antes ya hay pistas. Y es que la salida de Mato hace correr las listas y vuelve a llevar a María Pita a Martín Fernández Prado, que fuera en su día concejal de urbanismo con Negreira —con el que guarda además gran parecido físico— y que hoy tiene acta de diputado en el Pazo do Hórreo. Prado tiene sintonía con las cúpulas provincial y gallega del PP.

Otros frentes abiertos

A excepción de Lugo, Ferrol y Pontevedra, donde Carballo, Varela y Domínguez no gobiernan pero obtuvieron buenos resultados en las municipales y todavía están rodando sus proyectos, el PPdeG tiene que completar cuanto antes su puzzle urbano.

La irrupción de Corina Porro en Vigo pacificó en parte al partido y mejoró los resultados electorales —no era difícil—, pero es complicado pensar en la exconselleira como solución de futuro para la principal plaza electoral de Galicia, donde se jugarán buena parte de las elecciones autonómicas.

Más fácil parece la transición en Santiago, con una agrupación mucho más joven y que puede pilotar un nuevo equipo.

Y después quedaría Ourense. La negativa de Jesús Vázquez a dejar su acta de concejal pese a su batacazo electoral complica la reordenación de una agrupación que está pidiendo a gritos un relevo.

Para el PPdeG se antoja fundamental apuntalar sus proyectos urbanos cuanto antes para reforzar su marca y su maquinaria en año electoral. Porque como decía el ministro de Obras Públicas Garrigues Walker, «aunque desgasta el poder, más desgasta la oposición». Y en las ciudades gallegas, el Partido Popular es oposición.

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