Opinión

El país de Sálvame

LA MUERTE de una de las mejores plumas del periodismo español, David Gistau, quedó casi eclipsada en televisión por el fallecimiento del exmarido de Belén Esteban. Así es este país de Sálvame, donde Mario Vargas Llosa logró mayor relevancia social por salir con Isabel Preysler que por ganar el Nobel. En cualquier caso, Fran Álvarez era uno de los nuestros. No solo por sus vínculos lucenses —en Baleira, de donde era su padre, y en Foz, donde veraneó desde niño—, sino también porque era un hombre "normal" y "ajeno al mercadeo televisivo", según allegados.  Quizá no supo gestionar bien esa fama sobrevenida que lo llevó a algún plató, donde no se sentía cómodo. Pero era el precio que debía pagar por ser pareja de la ‘princesa del pueblo’, a quien nunca reprochó nada, pues, como reconocía, ambos llegaron al matrimonio con sus problemas. De todos modos, acabó siendo "un juguete roto de los medios", como dijo el periodista Aurelio Manzano, que cree que esa sobreexposición acabó pasándole factura.

Cuando un amigo se marcha

"¡Qué pasada haber sido tu amigo!". Así recuerda Manuel Jabois a David Gistau, a cuyos cuatro hijos dedicó un obituario pleno de cariño y ternura.

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