Opinión

Ni una menos

RESULTA DIFÍCIL escribir una vez más sobre violencia de género y aportar algo novedoso sobre lo ya dicho o escrito. Lo fácil es volver a condenar estos actos viles, de terrorismo doméstico, pero lo complicado es contribuir a que se reduzca la cifra de víctimas. Lo bonito es repetir frases hechas ("ni una menos", "no estás sola", "no quiero sentirme valiente sino libre", "no es no"...), pero al final son solo palabras. Y los trágicos hechos se suceden. La educación es fundamental, pero no basta, porque en países muy avanzados y concienciados en este campo también hay machismo. No es una cuestión de ricos o pobres. De negros o blancos. De viejos o jóvenes. No es algo que solucione un pacto de Estado o el envío de más recursos, que por otra parte son necesarios. Es un problema de relaciones humanas y eso es complejo. Pero no debemos sentirnos derrotados de antemano ni mirar para el otro lado. Solo con coraje podremos aspirar a que algún día no haya una víctima más. ¿Difícil? Sí. ¿Imposible? Nunca.

El fuego que no cesa en Portugal

Ni los muertos ni las imágenes dantescas de hace dos años logran detener el fuego en Portugal. Otro verano de destrucción, de cenizas, de sinrazón.