Opinión

Un discurso real

"EN EL PASADO todo lo que un rey debía hacer era lucir respetable en uniforme y no caer de su caballo. Ahora debemos invadir los hogares de la gente. (...) Nos hemos convertido en actores". Así se expresa Jorge VI en la película El discurso del rey por boca del oscarizado actor Colin Firth. Una argumentación perfectamente válida tras escuchar el último mensaje de Navidad de Felipe VI. Era el sexto en cinco años no precisamente fáciles para él ni para la monarquía. El discurso del martes no pasará a la historia como el del 3 de octubre de 2017, en el que su contundencia verbal —aplaudida por algunos— puso en entredicho su neutralidad. Esta vez volvió a ser comedido al referirse a Cataluña. Hizo una llamada al "entendimiento" y reivindicó la Carta Magna. Pero también habló de los problemas reales de la gente —la desigualdad, la crisis, el paro, la falta de confianza en las instituciones— y lanzó un mensaje de optimismo ante los grandes desafíos.

"Cosas de reyes", diría Arsenio
Los discursos reales suelen ser de guante blanco. Lo sabe bien Arsenio Iglesias, a quien le preguntó la prensa qué le había dicho el Rey tras un éxito de su Dépor. "Cosas que dicen los reyes", resumió.

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