Opinión

Saber nos hace libres

Si es más libre el que mas sabe, conviene aumentar la sabiduría para así ganar en libertad

"SOLO EL QUE sabe es libre y más libre el que más sabe", decía Unamuno para concluir afirmando que "no proclamemos la libertad de volar sino dar alas".

"Lo que sabemos es una gota de agua, lo que ignoramos es el océano", dijo Isaac Newton. Por su parte, Séneca afirmaba que "los que saben mucho se admiran de pocas cosas y los que no saben nada se admiran de todo"; por eso, tiene razón Blaise Pascal cuando afirma que "vale más saber alguna cosa de todo que saberlo todo de una cosa".

El viejo principio Ars longa vita brevis, de Hipócrates, tiene perfecta aplicación a la idea de que toda persona tiene, por naturaleza, afán o deseo de saber pero no todo lo que se sabe se conoce ni todo lo que se conoce se sabe.

En este sentido, tiene razón el fisiólogo ruso Iván Pávlov cuando nos advierte de que "nunca pienses que lo sabes todo por muy alto que te valores, ten siempre el coraje de decirte a ti mismo, soy un ignorante".

Y esa es la verdadera sabiduría, porque sabio es, como decía Confucio, "El que ignora" o, como afirmaba Kant, "el sabio puede cambiar de opinión, el necio nunca".

Por eso, la ignorancia cultural coloca al hombre en una situación de total y absoluta dependencia, impidiéndole que pueda tomar decisiones propias o por sí mismo y que, en la vida, no tenga un horizonte o un destino fijo o previsible, siendo, por el contrario, rehén del ambiente que le rodea y de las circunstancias en las que se mueve.

Como se sabe, desde Aristóteles, todos los hombres son sociables por naturaleza y todos los hombres por naturaleza tienen afán o deseo de saber y ese afán o deseo de saber solo se satisface mediante el ejercicio libre y constante de nuestras facultades intelectuales, pues la verdad hay que descubrirla puesto que no se consigue espontáneamente.

Siguiendo a Sócrates, podemos afirmar: "Prefiero el conocimiento a la riqueza ya que el primero es perenne, mientras que la segunda es caduca". Los sabios hablan cuando tienen algo que decir, los necios cuando tiene que decir algo. Por eso, "el hombre más sabio es el silencioso", reconocía Karen Marie Moning, porque, efectivamente, como es sabido, "el silencio es el único amigo que nunca te traiciona".

Según el filósofo chino Lao-Tse, "saber que no se sabe, eso es humildad, pensar que uno sabe lo que no sabe eso es enfermedad".

En consecuencia, si es más libre el que más sabe, conviene aumentar la sabiduría para así ganar en libertad.

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