Opinión

Vivir en la crisis

INMIGRACIÓN, REFUGIADOS, populismos y transformación de los escenarios de representación electoral están instalados en el corazón de Europa. Son cuestiones, problemas, que se van sumando. La realidad española no es ajena. Es una situación de cambios acelerados. En cortos períodos de tiempo cambian los escenarios políticos y sociales. Véase España en este mes de junio. Sucede sin que exista una situación de confianza y satisfacción con la realidad económica, a pesar de que se acepte la salida de la profundidad de la crisis. Los desequilibrios y las distancias crecen. La movilidad social o socieconómica retrocede. Es tiempo de crisis, entendida como cambio radical, transformación, debates y contrastes profundos en la realidad social y política. Manifestaciones de este proceso son las oleadas de refugiados y migrantes que desde 2015 explotaron como principal problema políticosocial en las sociedades europeas, con consecuencias en gobiernos de Italia, Austria o ahora mismo como activador de inestabilidad política e institucional en Alemania. Como lo son las circunstancias de llegada del Aquarius a Valencia, y el aparataje político-mediático que le rodeó. O, en otro campo, la libertad condicional de la Manada, con el cuestionamiento en la calle al auto judicial y la suma de declaraciones, desde la derecha a la izquierda, sumándose y subiéndose a la ola de manifestaciones, son reflejo de una situación de crisis, entendida como cambio. Como lo es la cuestión catalana, con su incuestionable vertiente populista y el repliegue sobre sí misma de la sociedad catalana, aunque el nacionalismo no acabe de aceptar como realidad y riesgo esa dimensión de aislacionismo y hasta de toques xenófobos en ese mirarse al ombligo. Son estas algunas expresiones de la crisis que penetran este tiempo. Son realidades nuevas que necesitan respuestas nuevas. El objetivo y la práctica de satisfacer esas nuevas demandas han de responder igualmente a valores que definieron y definen el avance a sociedades abiertas y libres.

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