Opinión

Sin novedad en las aulas

LA NOVEDAD del nuevo curso escolar sería contar con una ley de educación pactada entre las fuerzas políticas y la comunidad educativa para poner fin al caos que se percibe en la educación en España en calendarios, contenidos, evaluaciones... Lamentablemente estamos en la misma casilla de hace cuarenta años, con leyes unilaterales y con todos los intentos de alcanzar un pacto fracasados.

El último fue el de la subcomisión creada en el Congreso en 2016 con el nombre rimbombante de Pacto de Estado Social y Político por la Educación que se disolvió en marzo de 2018 cuando Pedro Sánchez, entonces secretario del PSOE en la oposición, exigió al Gobierno de Rajoy el 5 por ciento del PIB para financiar la educación, un pretexto para ordenar a los suyos que se levantaran de la mesa. Si vuelve a ser presidente tendrá ocasión de realizar esa dotación al sistema educativo.

Aquella subcomisión escuchó a unos 80 expertos, entre ellos a Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE y responsable del informe Pisa, que dejó unas ideas -comentadas aquí en su día- que merecen ser recordadas al comienzo del curso escolar.

"Los países con los sistemas educativos más avanzados no han politizado la educación, es necesario crear un consenso social", sentenció. Pidió apoyo para los alumnos que suspenden, pero "la peor receta es dejarles pasar de curso con asignaturas pendientes".

Cualquier reforma educativa ha de "tener el apoyo de los maestros que deben ser reconocidos profesionalmente". Las reválidas "son parte importante de la educación y envían un mensaje sobre lo que hay que aprender y enseñar". Conocedor del fracaso escolar en España apostilló que «si en un supermercado entran cien personas y 36 -el porcentaje de fracaso escolar- se van sin comprar, el negocio cambia su estrategia...". Señaló que "el futuro de la enseñanza pasa por más innovación, más autonomía de centros y docentes y menos contenidos. Enseñar a los alumnos menos cosas pero con mayor profundidad".

No consta que los diputados de la subcomisión se ruborizaran. Pero si atendieran a este experto no se levantarían hasta suscribir un pacto por la educación para que, manteniendo las singularidades, coordine y dé estabilidad al sistema educativo, premisa necesaria para reducir las cifras de fracaso escolar y mejorar la calidad de la enseñanza.

En palabras de Schleicher, el objetivo es dar a los estudiantes "una brújula para que ellos encuentren en el futuro su manera de navegar en este mundo". Que será mucho más complejo.

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