Opinión

Recuerdos en el crepúsculo

CUANDO PASE todo esto, si sigo aquí, pienso ir hasta Toledo para visitar el Cigarral de Menores, el de don Gregorio Marañón, el médico y escritor que estuvo con Ortega y Pérez de Ayala en la Agrupación al Servicio de la República. Después criticó la incapacidad de los dirigentes políticos para incorporar, unir, a todos los españoles. La II República fue un trágico fracaso, además de que hubiese un golpe de Estado, en el camino de modernización del país. Esto, para no repetir errores, debería enseñarlo la recuperación de la memoria histórica: el fiasco para quienes tuvieron la oportunidad de incorporar a la modernidad este país.

En Memorias de luz y niebla, de Gregorio Marañón Bertrán de Lis, nieto que adquirió el cigarral a la familia, descubro que puede ser visitado por el público. Y la lectura de las memorias me transmite que debe ser un espacio tan apetecible para la visita como las excursiones, todo incluido, que desde English Garden proponen por algunos jardines ingleses durante una semana al final de la primavera. En la agenda permanece como pendiente visitar ese espacio inhóspito, en la costa atlántica del norte de Marruecos, que Umberto Pasti convirtió con dedicación en el jardín del paraíso soñado. Puede ser una oportunidad para asistir a un crepúsculo matutino que alimente la esperanza.

En cualquier caso, cuando nos dejen volver a circular, aquí quedan al lado los jardines de Oca o los de Serralves.

En Memorias de luz y niebla hay otros muchos descubrimientos que permiten introducirse en el interior de los años que van del franquismo a la democracia. El autor de las memorias participó de iniciativas y militancia política en la construcción de las libertades. Como algo pintoresco pueden verse ahora las divisiones de la familia demócrata cristiana. No incluye a los colaboracionistas. Las cuenta desde dentro. Necesitaban poco más de un autobús. En Galicia, desaparecido Xaime Isla o Zulueta de Haz, pocos quedan para contarlo.

Desde la militancia de juventud y de su participación en Cuadernos para el diálogo transmite el retrato de Joaquín Ruiz Giménez, siempre en la duda. Quizás, sí, por la penitencia de su pecado franquista. Como alumno suyo lo recuerdo con simpatía, incluso por una tolerancia excesiva frente a maleducados en el aula. Encaja en ese rasgo que le critica el autor de Memorias de luz y niebla.

También, sin que transmita acritud alguna, conocemos o intuimos alguna posición no precisamente modélica, como la que refiere en la desaparición del Urquijo. Así se entiende aquella proclama de que "es tonto el que no se hace rico hoy en España" o las debilidades para exhibir frivolidades de nuevos ricos que marcó unos años y destrozó el buen trabajo y la imagen de algunos. Un dato importante es ver hoy en aquel banco el mecenazgo, la dimensión social más allá de los beneficios, enfocado a la construcción de un clima que hiciese posible el tránsito en el franquismo a un país de tolerancia . Son buenos ejemplos la imagen del filósofo y teólogo Xabier Zubiri entrando todas las mañanas con su cartera negra en un espacio del banco, la Sociedad de Estudios y Publicaciones, los cursos, seminarios y conferencias o las becas.

Comentarios