Opinión

Autobuses

La dejadez en la pésima articulación de los buses urbanos debe sumarse a otras muchas desidias que distinguieron (¿seguiremos?) la pasividad del Concello de Lugo por no corregir o mejorar la funcionalidad de servicios en bien de la ciudadanía. Siempre pasó olímpicamente de las protestas, entorpeciendo cualquier demanda de perfección. Parece que un nuevo plan de movilidad pretende ahora desempolvar el desafío. Habrá que verlo. El deterioro de las líneas de buses es especialmente grave, por cuanto muchas de ellas son inoperativas, no funcionales para lo que debiera ser una prestación similar a la que ofrecen otras ciudades. Por ejemplo, las que desarrollan el itinerario al polígono de O Ceao tienen una la frecuencia de una hora y de media hora, la otra. Si quien tiene la necesidad de desplazarse a ese lugar y no coincide con el paso del transporte, cualquiera que sea la parada, llega antes andando que si espera a que llegue el siguiente bus, lo cual evidencia la inutilidad y la incomodidad. El PP demanda ahora que las frecuencias sean de quince minutos, pero ya verán como la propuesta irá como siempre dilatándose, ahogada en disputas partidistas y en intereses de la empresa concesionaria.

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