Opinión

Insultante

Algo falla, o falla todo, cuando los poderes de un sistema democrático son incapaces de garantizar la seguridad y los derechos de propiedad, u otros, de los ciudadanos, transfiriendo a la presión ciudadana la solución de sus problemas. En Lugo, no hace tanto, tuvieron que ser los vecinos quienes rescatasen algunas viviendas en As Gándaras tomadas por los okupas, pero el summum de los despropósitos lo sufrió sin duda Victoria de Castro, la anciana de 94 años a la que dejaron sin su vivienda en Portugalete mientras visitaba a su hermana en Barakaldo. Es insultante y muy triste que solo pudiese recuperarla, con daños cuantiosos y sin muchos de sus enseres y objetos, gracias a la presión ejercida por el vecindario, forzando la expulsión de los invasores, pertenecientes a una mafia okupa, que salieron tras pedir protección policial para evitar el linchamiento. Pero más insulto es que el juzgado precisase el plazo de más de un mes para ocuparse de la intrusión, como si el quebrantamiento no pudiese comprobarse al momento. Todo ello forma parte de un absurdo sistema garantista tendente a dar antes cobertura al delincuente que apoyo a la víctima, optando por auspiciar el libertinaje, que aún siguen confundiendo con libertad.

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