Opinión

Perros

El paseo diario, autorizado y necesario, de los perros durante el confinamiento vírico, ha sido desde el principio motivo de controversias, una vez por irresponsabilidad de sus dueños, incluida la picaresca de alquilar canes para enmascarar caminatas, hasta excesos policiales, con sanciones no siempre justificadas. Pero sobre todo porque la imprecisión de la norma gubernamental, que no concretó distancias, dio lugar a que los ayuntamientos, quizá pensando muchos de ellos más en la bicoca de la recaudación por sanciones que en la protección viral, optasen por fijarlas mediante respectivos bandos, cada cual a su manera, lo que generó mayor confusión todavía. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid fue el más generoso, acotando un kilómetro de itinerario desde el domicilio del paseante perruno, pero otros no lo fueron tanto. El de Mogán, en Canarias, diseñó un recorrido de diez metros, y el de Arquillos, en Jaén, cinco. La mayoría oscila entre doscientos y trescientos metros. El caso es que la Secretaría de Estado de Seguridad tuvo que salir al paso advirtiendo de que es ilegal: "Las administraciones locales únicamente están facultadas para la adopción de medidas que sirvan para la ejecución de las órdenes directas de la autoridad competente". O sea, no dictando, sino cumpliendo lo establecido.

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