Si no es por una cosa es por otra. Siempre hay sorpresas, pocas veces buenas, en la usanza de la Justicia, como garante del Estado de derecho. Sin profundizar en el contenido, solo por el enunciado, llama la atención la noticia publicada hace un par de días, referida a que un juzgado de lo Penal enchironó en Lugo a dos hombres por el robo de dos herramientas, un bote de grasa y una mochila en un bajo de la ciudad, forzando la la puerta, tras dictar sendas condenas de uno y dos años, que confirmó la Audiencia. Llama la atención por exagerado, más en lo que se refiere a la ejecución de la pena. Si la condena no es superior a dos años, no suele ir acompañada de prisión. Sí se entiende cuando se explica que ambos son reincidentes por otros delitos contra la propiedad, y por lo tanto lo normal y lo sensato es que el juez haya optado por aplicar la ley. Y es aquí donde cabe una reflexión. Muchos de los delincuentes, ladronzuelos habituales con infinidad de detenciones y condenas, sigan libres y errando a sus anchas como si careciesen de pasado penal, lo contribuye a que la mayoría de robos y hurtos sean perpetrados siempre por los mismos transgresores de la ley y de la convivencia. Muchas veces por no aplicarse la agravante de reincidencia.
