SABIDO ES que hay más pobres que ricos, pero sigue siendo difícil trazar la línea que determine con claridad la barrera real que los separa, dependiendo a efectos de qué. Un estudio de Credit Suisse cifraba el pasado año en 428.000 las fortunas españolas superiores al millón de dólares.
Sin embargo, Hacienda calcula que la subida del IRPF a las rentas superiores a 150.000 euros, propuesta por el Gobierno, afectaría solo al 0,46% de los declarantes, es decir, a 90.788 contribuyentes. Supondría recaudar 400 millones de euros más al año. Una migaja que se diluye en la escenificación de Sánchez, metiendo en cintura a los ricos.
Porque hay ricos, muy ricos, que se las apañan para burlar el tamiz de Hacienda, y quiere ello decir que la reforma se saldará con una sesión de fuegos de artificio. Para que el principio de solidaridad funcione, tanto como al IRPF, urge combatir seriamente el fraude en todas sus variantes, evitando, por ejemplo, que prospere el modelo Echenique, no cotizando a la Seguridad Social por trabajadores a su cargo. O el escaqueo del IVA. O que se oculten bienes... Habrá, claro, impedimentos, pero que no sea por no intentarlo.
