Opinión

Cárcel y respaldo popular

EL ARGUMENTO del gobierno para endurecer, aún más, la prisión permanente revisable ha sido "el amplísimo respaldo popular", dando por hecho que las emociones y el respetable dolor de los familiares de víctimas de crímenes execrables deben regir la labor legislativa. no han dicho, porque no queda bien, que el respaldo popular es un eufemismo que encubre un claro interés electoral. Que las miles de firmas que respaldan la petición de tres padres doloridos por el vil asesinato de sus hijos, niños y adolescentes, son votos en las urnas que el PP disputa con preocupación creciente a Ciudadanos. Porque si se dejara legislar a las víctimas se retrocedería a los tiempos del ojo por ojo y nadie quiere volver a entonces.

No se trata de hacer leyes en caliente o en frío. Para reforzar el estado de derecho el único camino es no hacer normas para casos puntuales sino leyes que permitan la convivencia. Y la realidad, al margen de las tragedias que han desencadenado este súbito interés por endurecer aún más a las penas a determinado delitos, es que España tiene la tasa de homicidios más baja de europa, la mitad que en Alemania, por poner un ejemplo. Y que, por contra, el Código Penal dicta las penas más largas. la última revisión de este Código fija en cuarenta años el máximo que un penado puede pasar entre rejas, pero fija también que no se podrá revisar la condena por asesinato hasta transcurridos veinticinco años de la sentencia y en casos de terrorismo la revisión no llegará hasta los treinta y cinco años. ¿Dónde queda el concepto de reinserción recogido en el texto constitucional?

El interés electoral de endurecer las penas, sospechando que más del setenta por ciento de la población apoya la medida, porcentaje que sube entre los votantes del centro derecha, ha arrastrado también a Ciudadanos. Prueba de ello es que comenzó pactando en 2016 con los socialistas la derogación de la ley de Prisión Permanente revisable, se abstuvo en la admisión del proyecto de derogación presentado por el PNV (pendiente de debatirse en el Congreso) y ahora plantea un endurecimiento del acceso al tercer grado y a los beneficios penitenciarios.

En cuanto al "respaldo popular", como argumento para los cambios legislativos, el gobierno debería plantearse el unánime apoyo de la sociedad a, por ejemplo, una subida salarial, o la desaparición de la precariedad en el empleo, y sin embargo no se otea en el horizonte de esta legislatura ningún cambio en la legislación a este respecto.

En la legislatura más improductiva que se recuerda desde la transición, cuando el Congreso de los diputados parece haber olvidado cuál es su función, cuando no se han aprobado todavía los presupuestos de 2018, cuando el bloqueo y la falta de acuerdos entre los grupos de la oposición han hecho imposible la derogación de leyes como la nefasta reforma educativa del ex ministro Wert, entran las prisas por la cercanía de los comicios municipales y autonómicos.

Sería exigible que el populismo, que tanto daño está haciendo a las instituciones democráticas, no llegará también al Código Penal.

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