Opinión

Lejos del paraíso

ESTÁBAMOS ACOSTUMBRADOS a verlos como dioses y, de repente, se hicieron humanos. Primero fue Hacienda, con sus duras sanciones, y ahora son los cacos. Los futbolistas, que parecían seres intocables, son víctimas de una oleada de robos de la que no se han librado jugadores gallegos como Iago Aspas o algún compañero suyo del Celta. Con todo, los principales asaltos a viviendas se producen en Madrid y Barcelona. Y los nombres de los damnificados son de sobra conocidos: Casemiro, Piqué, Benzema, Jordi Alba, Thomas, Morata y un largo etcétera. El modus operandi es siempre similar: durante los partidos o viajes y con la técnica del saltamontes (trepar a un árbol y así acceder a la finca). Asaltos en zonas residenciales siempre los ha habido, pero que sean deportistas famosos los elegidos ha contribuido a dar más visibilidad a los delitos, lo que no hace gracia precisamente en los estamentos policiales.

Sobreexposición en las redes
Los asaltantes suelen manejar información de los famosos y de sus idas y venidas. Pero también de otras personas con tendencia a sobreexponer su vida privada en las redes sociales. Ahí reside el peligro, aunque algunos no lo quieran ver.

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