"¿EN QUÉ momento se había jodido el Perú?". Así arranca Conversación en La Catedral, la novela de Mario Vargas Llosa. Más de medio siglo después la frase no ha perdido vigencia ni ha quedado descontextualizada. Lo que hemos visto estos días — tres presidentes en una semana: Martín Vizcarra, Manuel Merino y Francisco Sagasti— no es algo ciertamente habitual, pero quizá tampoco tan extraño en el país andino. Y es que, desde 1985, todos los mandatarios acabaron antes o después salpicados por la corrupción y con procesos judiciales o entre rejas. Entre ellos, Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Alan García, que el año pasado se quitó la vida antes de ser detenido. La única excepción fue Valentín Paniagua, expresidente interino que falleció libre de cualquier acusación. Con esos antecedentes históricos, no es de extrañar que la gente salga a la calle harta de tanta podredumbre y ansiosa de resetear un sistema viciado.
Lío de los Macri en Argentina
De corrupción saben un rato en Argentina, donde el expresidente Mauricio Macri acaba de recibir duras acusaciones y reproches en un libro de parte de su hermano menor Mariano. El trasunto es una disputa por la herencia y los negocios familiares.
