Opinión

Tema silenciado...

SE CONMEMORA el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se lleva 80 veces más vidas humanas que la violencia de género. Y Galicia es, tras Asturias, la comunidad en la que en términos relativos más personas se quitan la vida. En los diarios hay un pacto tácito para no publicar muertes voluntarias salvo que el o la protagonista tengan relevancia social o el suceso exceda el ámbito privado. Impera el ‘efecto Werther’, que toma su nombre de una obra de Goethe en la que un chico sufre por amor y acaba suicidándose. Tan popular fue en su época que muchos jóvenes lo imitaron. Sea por ello o por un estudio del psicólogo David Phillips a mediados del siglo XX (al salir la noticia de un suicidio en portada de The New York Times se incrementaba su cifra en EE UU), el caso es que el temor a esa reacción en cadena derivó en norma deontológica.

...que debería ser abordado
Los expertos en salud mental aconsejan abordar el tema evitando, lógicamente, el sensacionalismo. Y prefieren el ‘efecto Papageno’ (hacer cambiar de opinión a un potencial suicida) al ‘efecto Werther’. Quizá llegó el momento de abordar el tema con claridad y sin complejos. Se trata de salvar vidas.

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