Opinión

Accidente anunciado

El maquinista del Alvia que dejó 80 muertos en Angrois sostuvo ayer en la comisión del Congreso que fue un "accidente anunciado". Lo que siguió a esa tragedia hasta llegar a esta comisión y hasta los informes de Europa no es propio de una democracia avanzada. Vístanlo como quieran. Y entre paréntesis, curiosa ignorancia o silencio de algunos medios madrileños sobre esta comisión de investigación. En esa curva de Angrois, además de la velocidad inadecuada a la que circulaba el tren, se daban demasiadas condiciones como para hacer imposible que no sucediese un problema cualquier día. Porque alguien, y no necesariamente político, será responsable técnicamente de la seguridad en las vías -las infraestructuras- que se construyeron o reformaron, y de los trenes para esas vías. Lo dijo el maquinista y lo escribimos aquí al ver las primeras imágenes. Sentido común: la velocidad y la infraestructura de Angrois se daban de bruces. Si esos riesgos no los ven los políticos, cabe suponer que habrán de hacerlos patentes los responsables técnicos y de ingeniería. Con independencia de las responsabilidades judiciales que puedan corresponderle, el maquinista da una lección de humanidad y absoluta empatía con las víctimas, en contraste con el silencio o la obstrucción a la investigación que practicaron otros directamente afectados.


Traducir
Entender el gallego para quien domine el castellano y viva en Galicia no es problema. Así lo dicen los sondeos de opinión: aunque no lo hable, lo entiende. Al abogado coruñés Xosé Antón Pérez-Lema le acompaña la lógica cuando se niega a traducir unos documentos judiciales por petición de la empresa Adecco en un concurso de acreedores. Y tampoco le falla la lógica cuando apela a la cooficialidad del gallego y el castellano.

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